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Cubanos que sufren de alcoholismo afirman que la necesidad que sienten de beber todos los días es culpa de la crisis económica y de la falta de solución para sus problemas.
La agencia independiente CubaNet entrevistó a varios alcohólicos, quienes afirmaron que cuando toman se olvidan de lo que pasa en sus vidas.
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Uno de ellos admitió que bebe "todos los días y el año entero" por la necesidad, el hambre y la situación del país, donde no hay trabajo ni comida.
"Me emborracho todos los días, para evitar el hambre. Cuando me emborracho el hambre se me quita, aunque cuando al otro día cuando me despierto, el hambre está ahí otra vez", dijo.
Otro aseguró que hay que beber para no pensar en el hambre y la necesidad que está pasando.
"Mi abuela se está muriendo de hambre, y por eso tomo todos los días, para no cometer locuras y acostarme a dormir sin pensar en nada", expresó.
"Esto no sirve, y hay que beber todos los días para despreocuparse. Casi todos los cubanos toman por los problemas, para uno olvidarse y uno dormir tranquilos. Cuando tú no tomas y duermes te da pesadillas en la cama pensando en las cosas malas del país", agregó otro adicto.
En los últimos años el nivel de alcoholismo aumentó en Cuba, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud presentada en julio pasado, cuyos datos se recopilaron entre 2018 y 2020, antes de la pandemia.
"En los 30 días previos a ser encuestados, el 73 por ciento de las personas había consumido bebidas alcohólicas, contra un 67 por ciento que lo hacía en el 2010. Lamentablemente, también se aprecia que el 68 por ciento comenzó a consumir alcohol entre los 10 y 19 años", detalló el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda.
Una encuesta realizada en 2018 entre varios hombres en la Isla, arrojó que para muchos la bebida es un "refugio" para escapar de problemas materiales, estrés, bajos salarios y las carencias que viven día a día.
"No hay comida, no hay dinero, no hay nada, entonces la gente opta por beber", explicó uno de los entrevistados.
Un joven reconoció que el alcoholismo "sobrepasa los límites, sobre todo en la juventud", y lo justificó por la falta de un salario que permita otras formas de entretenimiento, y que lleva a muchos a optar por sentarse en una esquina y beber para pasar el rato.
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