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Un comercio estatal de Artemisa vende, a más de 1,500 CUP, cazuelas, sartenes y oros productos, lo que resulta impagable para muchos ciudadanos.
"Baterías de cocina en forma de combos, a precios prohibitivos, para los artemiseños, que en su gran mayoría no podrán darle una utilidad culinaria a estos enceres, pues no tienen qué echarle", escribió en su página de Facebook el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP).
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El primero de los combos incluye un cubo, un caldero, una sartén, dos nasobucos y dos paquetes de detergente Campeón; el precio es de 1,700 CUP.
Un segundo combo cuesta 1,500 CUP y lo único que no incluye es el cubo, de acuerdo con la información publicada por el ICLEP.
La cazuela y el sartén solo pueden ser usados en cocinas de gas, lo que deja fuera a quienes tengan hornillas por inducción.
El salario mínimo en Cuba es de 2,100 CUP, mientras que la pensión mínima es de 1,528 CUP. En Artemisa el salario medio ascendente a 3,714 CUP mensuales, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
"Sigue la falta de respeto en los precios; quién le pone el cascabel al gato", lamentó un internauta.
"¿Qué vamos a cocinar en esos calderones? Nosotros con minicalderos resolvemos, y apurado", dijo otro usuario de la red social.
"Lo malo es que no hay qué comer", acotó otro cubano.
La inflación económica en Cuba sigue descontrolada y los ciudadanos deben pagar cada vez más por los mismos productos y servicios, sin que ello implique repercusión alguna en la calidad.
A finales del año pasado se anunció que la marca española Magefesa, del Grupo Cantra, comenzaría a comercializar sus cazuelas y otros productos en Cuba, a través de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC)
Se desconoce cuándo comenzarían las operaciones comerciales, pero entre abril y mayo varios grupos extranjeros iniciarían sus ventas en Cuba, según adelantó el gobierno.
A la crisis económica y financiera se suma el déficit de alimentos que se debe, fundamentalmente, a la aplicación de la Tarea Ordenamiento, que empobreció aún más a los cubanos e incrementó la brecha de desigualdad, según un informe de Naciones Unidas.
Acceder a alimentos baratos es cada vez más difícil y el gobierno topa los precios para frenar la crisis, situación que desmotiva a productores, porque deben vender sus cosechas sin obtener casi ganancias e incluso con pérdidas, ante la falta de insumos y otros recursos.
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