El dueño del Yate Granma, Antonio del Conde, "El Cuate", murió en México a la edad de 97 años, informaron sus familiares.
El Cuate, un íntimo amigo del dictador Fidel Castro y que mantuvo un estrecho vínculo con la llamada revolución cubana, falleció el 28 de marzo en el municipio de Tecate en el estado de Baja California, México, informó la agencia oficialista Prensa Latina.
Aunque vivió las últimas décadas de su vida en la Ciudad de México, visitaba con frecuencia a su hijo menor, Diego, quien desde hace algunos años se estableció en Baja California, al norte del país, constató CiberCuba.
Según las fuentes consultadas por el medio oficialista, el anciano se encontraba internado en un asilo desde hacía muy poco tiempo.
A mediado de la década del 50 del pasado siglo Antonio del Conde era un conocido vendedor de armas de la Ciudad de México. Un día a su tienda entró Fidel Castro, en busca de armamentos para iniciar la guerra en Cuba junto a Raúl Castro y Ernesto "Che" Guevara.
Desde entonces ambos entablaron una estrecha relación de amistad. Los cubanos lo bautizaron como "El Cuate" ("el amigo") y este les proporcionó sus contactos en Nueva York para la adquisición de armas a menor precio.
En 2009 El Cuate relató a Prensa Latina que había comprado un yate para su esparcimiento, y lo estaba reparando en el puerto de Tuxpan. En 1956, mientras caminaba con Castro por la zona, este le preguntó quién era el dueño de la embarcación, y al saber que era propiedad del mexicano le dijo: "Si me prestas ese Yate, en él nos vamos a Cuba".
En declaraciones a ese medio confesó entre risas que lo primero que pasó por su cabeza al escuchar a Castro fue: "Ya me jodieron el yate".
En el Granma viajó el grupo de 82 expedicionarios que al mando de Fidel Castro iniciaron en la Sierra Maestra la guerra contra Fulgencio Batista el 2 de diciembre de 1956.
Tras el triunfo de los Castro, El Cuate se estableció en Cuba, donde trabajó bajo las órdenes del Che en el Ministerio de Industrias.
Sin embargo, no estimaba al Che tanto como a Fidel, que le facilitó la vida en la isla, donde nacieron y crecieron varios de sus hijos con los mismos privilegios de que gozaban las personas cercanas al poder.
Luego de que Fidel Castro enfermara en 2007, El Cuate disminuyó la frecuencia de sus visitas a la isla pero continuó defendiendo la figura del dictador, a quien admiraba fervientemente.
A pesar de su avanzada edad realizó varios viajes en motocicleta por México e incluso una vez, con más de 85 años, llegó en su vehículo a Baja California.
En su vivienda en la Ciudad de México atesoraba una réplica del yate Granma.
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