El gobierno cubano decomisó más de 43 toneladas de peces y crustáceos en 2022, tras realizar decenas de inspecciones ambientales a lo largo y ancho del país.
Jorge Álvarez Álvarez, director de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental de Cuba, dijo este lunes en el balance anual del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), que se realizaron en la isla durante el año pasado 91 inspecciones ambientales estatales.
En dichas inspecciones se detectaron delitos e ilegalidades contra los recursos forestales, la flora y la fauna silvestre, por lo que se aplicaron 44 contravenciones, entre las que se incluyen 24 multas.
El gobierno indica que decomisó 4,524 especímenes, 765 metros cúbicos de madera, 29.4 toneladas de peces y 14.1 de crustáceos.
Impusieron también 122 sanciones administrativas y entre ellas 96 multas a entidades que poseen desechos peligrosos por violaciones en la gestión de los residuos.
El régimen cubano aprobó en 2020 un Plan Gubernamental para la prevención y enfrentamiento de delitos e ilegalidades que afectan los recursos forestales, la flora y fauna silvestre. Está coordinado con el Ministerio del Interior y se diseñó como una plataforma de control sobre los recursos naturales.
Esto le ha permitido al gobierno incrementar las sanciones por delitos contra el medio ambiente y aumentar las cuantías de las multas que aplican a los presuntos culpables de comercialización ilícita de especies protegidas, o de pescados y crustáceos, entre otras cosas.
La semana pasada el gobierno indicó que la Empresa Pesquero Industrial Cienfuegos (Epicien) sobrecumplió los planes de captura de camarón, jaiba y langosta, destinados al mercado internacional.
Sin embargo, la empresa estatal incumplió la pesca de especies de escama y los compromisos en la acuicultura para el consumo de la población, algo que debería ser una prioridad pues existe una gran carencia de alimentos en Cuba y la oferta de pescados y crustáceos es casi nula en los mercados del país.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: