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Cuba registra más de 700 matrimonios entre personas de un mismo sexo desde que se aprobó la Ley 156/2022 en septiembre último, según autoridades de la isla.
Hasta el cierre de marzo, 745 parejas de un mismo sexo (462 entre hombre y 283 entre mujeres) legalizaron sus relaciones ante Notarías y Registros Públicos, informó este miércoles en el diario oficialista Trabajadores Olga Lidia Pérez Díaz, directora de ese organismo del Ministerio de Justicia (MINJUS).
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También apuntó que se oficializaron 35 uniones de hecho afectivas y a seis recién nacidos se les inscribió con el primer apellido de la madre como su primer apellido.
Asimismo, dijo, que desde que se aprobó el actual Código de las Familias en menor medida se han autorizado pactos de convivencia, contratos de alimentos y la delegación voluntaria de parte del ejercicio de la responsabilidad parental.
“Esta última institución es muy excepcional y requiere de la intervención del Fiscal y la escucha del menor por un equipo multidisciplinario que coordina la FMC, si el infante tuviera la madurez y autonomía progresiva para ello”, subrayó la funcionaria.
Pérez Díaz destacó, además, que la figura de mayor impacto han sido las escrituras de asentimiento para disponer de la vivienda familiar, con un acumulado de 2, 364, y las escrituras de consentimiento para el acceso a técnicas de reproducción asistida en seres humanos, que ya suman 1,232.
“Consideramos que fue un acierto del Código que el consentimiento se emitiera en documento notarial por el valor probatorio que esto ofrece”, argumentó la directora de Notarías y Registros Públicos, quien resaltó que tal posibilidad es “muestra del principio de autonomía de la voluntad de las personas que desean acceder a estas técnicas”.
La funcionaria dijo que se han realizaron 103 pactos matrimoniales donde los futuros cónyuges se acogieron a un régimen económico distinto al de la comunidad de bienes, además de 35 revocación de donaciones, sobre todo de viviendas por causas previstas como la ingratitud.
Según Pérez Díaz, todavía hay posibilidades previstas en la Ley que no se aplican o no se aprovechan en toda su magnitud, como el contrato de alimentos y la designación de apoyos en vía notarial.
A mediados de marzo, el ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez, informó que se habían realizado hasta esa fecha más de 500 matrimonios entre personas del mismo sexo.
Apuntó en esa ocasión que desde el 27 de septiembre de 2022 (dos días después de la aprobación del referido código) hasta el 9 de marzo, en los registros civiles se habían inscritos 513 matrimonios y 20 uniones de hecho de personas del mismo sexo.
De acuerdo con la información publicada en Granma, bajo el amparo de la nueva ley se registraron ante notario 88 pactos matrimoniales y nueve de convivencia, se revocaron 25 donaciones, y se suscribieron tres contratos de alimentos.
En noviembre pasado, la directora general de Notarías y Registros Públicos informó en el semanario Trabajadores que los notarios esperaban una demanda mayor, pero la población se hallaba aún en una etapa de consulta.
Pérez Díaz reconoció entonces que existía falta de preparación del personal, por lo cual se ofrecían capacitaciones sobre diferentes aspectos de la ley.
En octubre, usuarios denunciaron en las redes sociales que en varias provincias se emitían certificados de matrimonio desactualizados, con el formato para matrimonios heterosexuales.
"Hace falta que los registros civiles acaben de actualizar los certificados de matrimonio que emiten. Siguen hablando de el cónyuge y la cónyuge, lo cual debe ser corregido urgentemente", alertó en Facebook Adiel González Maimó, quien se casó en el pequeño poblado de Bolondrón, en el municipio Pedro Betancourt, de Matanzas.
Por otra parte, el abogado y activista cubano Manuel Vázquez Seijido alertó de posibles trabas y falta de información en notarías y registros civiles cubanos acerca de los procedimientos para llevar a cabo matrimonios entre personas del mismo sexo.
Según explicó entonces, personas preocupadas le escribieron porque algunos funcionarios apelaban a la objeción de conciencia para no formalizar ninguna unión civil de este tipo.
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