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Un corset para correción de postura hecho con un cubo plástico es una de las tantas "soluciones" que el cubano Pedro José Oliva Rodríguez, ortoprotesista que trabaja en el Laboratorio de Prótesis Ortopédicas de Las Tunas, ha debido improvisar para hacer frente a la escasez de recursos que encuentra en la práctica de su profesión.
“He buscado soluciones con tubos de PVC, remaches, con velcro doble cara y espuma de goma para que el paciente no esté en contacto directo con el artificio, hay que dedicarle tiempo", explicó en declaraciones al medio local Periódico 26.
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Oliva Rodríguez dice que es un compromiso importante porque muchos pacientes son niños, ancianos o discapacitados y cuesta decirles que "no hay" o que "no se puede" cuando ellos merecen toda la atención y están urgidos de determinados recursos.
"Desde hace cinco años damos solución al déficit de materia prima y logramos prestar servicio a nuestros pacientes. No somos los únicos, ni tenemos un gran mérito, otros colegas también han realizado dispositivos que sustituyen los originales", añadió el orotoprotesista, quien “inventa” con materiales reciclados.
Aunque a nivel mundial abundan cada vez más todo tipo de artefactos ortopédicos y correctores que emplean novedosas tecnologías en su elaboración, tales recursos apenas existen en Cuba, donde el invento y la creatividad se convierten en la única vía posible para resolver, como ocurre en otras muchas áreas de la complicada realidad de la isla.
Pedro José Oliva Rodríguez ha obtenido diversos premios provinciales y nacionales por sus soluciones innovadoras, aunque asegura que el mejor reconocimiento para él es el agradecimiento de los pacientes, quienes aprecian su nivel de resolución ante las carencias de materias primas e implementos médicos.
Las soluciones aportadas por Pedro José Oliva Rodríguez atenúan padecimientos relativos a la corrección de postura en niños con escoliosis; férulas para pie equino, permitiéndoles mantener los pies en la posición anatómica; férulas en la mano para aliviar el dolor provocado por la tendinitis y también para la epicondilitis, inmovilizando el codo, entre otras.
En los últimos meses, ante la falta de yeso ortopédico en los hospitales cubanos, los médicos se han visto obligados a recurrir a técnicas insólitas para inmovilizar articulaciones, muchas de ellas reutilizando cartón, alambres, piezas de lámparas plásticas y hasta parrillas de refrigerador.
Las quejas en redes sociales motivadas por la escasez de insumos médicos para tratar esguinces o fracturas de hueso en toda Cuba han sido cada vez más frecuentes.
A mediados de marzo una joven cubana que fue víctima de una fractura en un pie denunció no solo que no había yeso para ponerle en el hospital que la atendieron, sino que además al indagar por el precio de un yeso en el mercado negro se había enterado que costaba hasta 4,500 pesos, monto que aclaró que superaba su salariocomo ingeniera.
En enero de este 2023 la activista cubana Marisol Peña Cobas denunció que a su esposo en lugar de yeso le habían colocado en un hospital de Camagüey una pieza plástica de una lámpara para inmovilizarle la tibia.
Hay denuncias que datan incluso de 2021. En julio de ese año el actor cubano Mario Guerra pidió ayuda para una anciana con fracturas que necesitaba analgésicos. En ese caso decenas de internautas reaccionaron horrorizados a las imágenes que confirmaban que a abuelita le habían inmovilizado el brazo con un trozo de parrilla de refrigerador.
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