Las medidas organizativas implementadas para ordenar el despacho racionado de combustible y minimizar las insatisfacciones de la población fracasaron, como demuestra una encuesta aplicada por el medio oficialista Cubadebate.
Los resultados del sondeo arrojaron que la organización de la distribución de combustible en los CUPET es muy mala, de acuerdo con los usuarios que se decantaron por esta opción (41%).
Aunque la pretendida organización buscaba "atenuar los efectos de las aglomeraciones de los clientes en el área de las pistas, las colas durante varias horas en las zonas aledañas a los servicentros, la venta de turnos por parte de personas inescrupulosas que se aprovechan de la situación y otras como coleros, y las indisciplinas sociales", la encuesta indicó que se obtuvo algo bastante alejado.
La plataforma ticket, habilitada para la venta limitada de combustible a privados, tampoco resultó efectiva, la mayoría de los encuestados ni siquiera llegó a usarla y un alto porcentaje la calificó como "muy mala".
La venta por la aplicación sumergió al cubano en un proceso burocrático interminable, las personas se debían presentar en el servicentro con la documentación requerida: carné de identidad y circulación y los datos se deben corresponder con la del registro en la plataforma electrónica.
Casi un rotundo "No" (91%) recibió la pregunta que indagaba si la información sobre la disponibilidad de combustible en los CUPET es clara y suficiente, un aviso que se comenzó a emitir, incluso, por grupos de WhatsApp creados por gobiernos locales para informar a los propietarios de vehículos de la disponibilidad de carburantes en determinadas gasolineras.
Ni un mejor servicio a los clientes ni mejor distribución consiguió el gobierno con sus iniciativas.
La Corporación CIMEX, empresa estatal perteneciente al conglomerado militar GAESA, anunció que reforzaría los turnos de trabajo en las gasolineras, la designación de miembros de los consejos de dirección de las sucursales para organizar y controlar el servicio y la obligación de informar a los conductores sobre el combustible disponible para la venta, para ordenar el despacho, pero la situación no parece haber cambiado.
Las extensas colas para comprar el combustible, que tanto malestar han generado, se volvieron un dolor de cabeza cuando, además, se instauró un sistema de colas para anotarse en una lista oficial para la compra, integrándose al enrevesado proceso para obtener carburantes.
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