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El periodista independiente Henry Constantín, director del medio digital La Hora de Cuba, continúa detenido en el centro de detención El Vivac, ubicado en el municipio Arroyo Naranjo de La Habana, tras ser arrestado el pasado 19 de diciembre.
En una llamada telefónica a la redacción del medio independiente, Constantín informó que las autoridades penitenciarias negaron su traslado a Camagüey, su lugar de residencia, en la mañana de este miércoles 25 de diciembre.
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Según su testimonio, el ómnibus encargado de trasladar a los detenidos hacia las provincias salió sin incluirlo en el viaje, a pesar de que previamente se le había asegurado que sería regresado a Camagüey tan pronto hubiese disponibilidad de combustible.
El arresto de Constantín ocurrió tras la supuesta violación de un control legal que le prohíbe permanecer en la capital cubana. Esta medida, impuesta por el régimen cubano, forma parte de las restricciones que enfrenta el periodista debido a su labor en el periodismo independiente.
El pasado 23 de diciembre, el equipo de La Hora de Cuba presentó un recurso de Habeas Corpus ante el Tribunal Provincial de La Habana, alegando que la detención es ilegal y arbitraria.
Constantín es vicepresidente regional para Cuba de la Comisión de la Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa, lo que agrava su situación en el contexto de represión del régimen cubano.
Henry Constantín fue arrestado el 19 de diciembre, un día antes de la “Marcha del Pueblo Combatiente” convocada por el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Según La Hora de Cuba, agentes de la Seguridad del Estado lo interceptaron en las afueras de un edificio. Antes de su detención, el periodista alcanzó a relatar que los agentes, uno de los cuales había participado en una detención anterior en septiembre de 2023, lo abordaron bajo el pretexto de “conversar”.
Desde entonces, Constantín ha permanecido incomunicado en varias ocasiones.
El caso de Henry Constantín es otro ejemplo del acoso sistemático que enfrenta el periodismo independiente en Cuba. A lo largo de su carrera, el periodista ha sufrido represalias, incluyendo detenciones arbitrarias, confiscación de equipos y restricciones de movimiento, debido a su compromiso con visibilizar temas sociales y políticos generalmente censurados por los medios oficiales.
Su detención se produce en un contexto de creciente represión contra voces disidentes en Cuba, mientras el país enfrenta apagones prolongados y una crisis de combustible sin precedentes.
Preguntas frecuentes sobre la detención de Henry Constantín y la represión en Cuba
¿Por qué fue detenido el periodista Henry Constantín en La Habana?
Henry Constantín fue detenido en La Habana por la Seguridad del Estado. Su arresto es parte de un patrón de acoso sistemático contra el periodismo independiente en Cuba. Según el medio La Hora de Cuba, que él dirige, esta detención ocurrió un día antes de la "Marcha del Pueblo Combatiente", lo que sugiere un intento de silenciar voces disidentes antes de eventos controlados por el gobierno.
¿Cuál es la situación actual de la libertad de prensa en Cuba?
La libertad de prensa en Cuba está gravemente restringida. El gobierno cubano reprime sistemáticamente a periodistas independientes, utilizando tácticas como detenciones arbitrarias, confiscación de equipos y amenazas. Esta represión se ha intensificado con nuevas leyes que criminalizan la recepción de fondos extranjeros y restringen aún más la libertad de expresión.
¿Cómo se manifiesta la represión del régimen cubano contra los manifestantes?
El régimen cubano utiliza detenciones arbitrarias y violencia para reprimir protestas. Las fuerzas de seguridad detienen a manifestantes, a menudo acusándolos de delitos como desorden público. Estas acciones son especialmente frecuentes durante protestas por apagones y otras crisis, como la falta de combustible, que han aumentado el descontento social en la isla.
¿Qué papel juega la Seguridad del Estado en la represión en Cuba?
La Seguridad del Estado es un instrumento clave en la represión del régimen cubano. Esta entidad realiza vigilancia constante, detenciones arbitrarias y coacciones psicológicas para silenciar a críticos y opositores del gobierno. Su objetivo es mantener el control sobre la información y disuadir cualquier disidencia o protesta.
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