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Cuba enfrenta una grave escasez de gasa quirúrgica debido a la falta de materia prima, lo que ha llevado a una situación crítica en el sistema de salud del país.
La textilera de Santa Clara, fundada en 1979, no ha logrado satisfacer la creciente demanda de este producto vital para el sistema sanitario del país.
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El director de la planta, Víctor Alejandro Pérez Fusté, admitió al periódico oficialista Vanguardia que aunque la producción de hilos de coser y tejido plano ha mostrado cierta estabilidad, la situación es muy diferente cuando se trata de gasa quirúrgica.
Desde noviembre de 2022, se asignó financiamiento para su producción, pero los envíos de materias primas importadas se han detenido, dejando a la fábrica sin los recursos necesarios.
A pesar de que algunos contenedores se encuentran en el país, aún no han llegado a la fábrica, lo que agrava aún más la escasez.
Para evitar el deterioro de los telares, se han realizado pequeñas producciones, pero esto está lejos de ser suficiente para satisfacer las necesidades de los hospitales y centros de salud de toda la nación.
La producción de gasa quirúrgica ha sido crucial para el sistema de salud cubano en el pasado, pero la falta de materia prima ha llevado a una situación desesperada y las autoridades sanitarias se enfrentan a un dilema alarmante, ya que no tienen suficientes insumos para realizar intervenciones y tratar a los pacientes de manera adecuada.
Además de la escasez de materia prima, la textilera también se enfrenta a otro desafío: una fuerza laboral envejecida.
Aunque se han formado jóvenes técnicos en hilandería y tejeduría, muchos optan por abandonar la industria después de completar su formación, lo que agrava la falta de personal cualificado en la fábrica.
La situación actual pone de manifiesto la fragilidad de la industria textil cubana y la dependencia del país de las importaciones de materias primas.
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