Daniel González y su familia, residentes en Placetas, Villa Clara, exigen al intendente del municipio, Eduardo Rodríguez Cabrera, que cumpla la promesa que hizo de reparar su vivienda.
"Ya no sé qué hacer; estoy desesperado por mi familia", confesó el hombre a CiberCuba.
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González, su esposa e hijos ocuparon a inicios de este año un local estatal, con la esperanza de tener un sitio donde vivir decentemente, pero fueron desalojados tras las presiones ejercidas por el director municipal de Salud Pública.
Tras un proceso de negociación, el intendente Rodríguez Cabrera prometió destinar recursos humanos y materiales para reparar su casa, que desde hace siete años es un peligro la vida de tres menores de edad.
Desde febrero, González y su esposa han ido las oficinas gubernamentales de Placetas, donde solo les dan promesas, pero ninguna solución.
"No han hecho, nada solamente papeles y más papeles. Me parece que nos están mintiendo. Esta casa se nos va a caer encima. Ya le he puesto puntales por donde quiera y sigue partiéndose", lamentó González.
Con el desalojo, el local se quedó vacío y otras personas comenzaron a vandalizar las instalaciones eléctricas y la carpintería, situación que González lamenta porque los del gobierno prefirieron que destruyeran el sitio, antes que entregárselo a su familia.
Aunque este cubano se considera con fuerzas para reparar la casa, no tiene acceso a materiales de construcción y ni tan siquiera puede buscar madera en el monte, porque lo pueden multar.
Para que no haya evidencias de lo que dicen los funcionarios del gobierno municipal, les impiden grabar con sus teléfonos las reuniones a la que asisten y las veces que él y su esposa han pedido copias de los documentos, les dicen que no es necesario.
El gobierno municipal de Placetas no había respondido los mensajes enviados por CiberCuba, para conocer una versión oficial sobre este caso.
La vivienda sigue siendo un problema en Cuba, y aunque la Constitución reconoce que es un derecho de los ciudadanos, el precio de los materiales de la construcción, la escasez en tiendas estatales y el control gubernamental sobre la industria impiden que hayan mejorías.
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