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Una madre cubana y su hijo fueron asesinados a balazos el miércoles último en Lehigh Acres, Florida, debido a una disputa sobre la propiedad de la casa donde vivían.
Eugenia Verónica Álvarez, quien iba cumplir 59 años en julio, y Josué Álvarez, de 23, futbolista cubano profesional, no sobrevivieron a la balacera desatada por el exmarido de Dánae, otra hija de Eugenia, informó la prensa local.
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Según comentó a Univisión Geiler Velázquez Álvarez, también hijo y hermano de los fallecidos, la familia había recibido meses atrás amenazas del atacante, Yohani de Lázaro, quien sostenía una batalla legal con su expareja.
“Él la había estafado, le había hecho firmar unos documentos y estaban en un juicio por la casa. Él tenía el juicio prácticamente perdido. Y parece que, al verse ya perdido, tomó la decisión de hacer esto”, dijo.
El asesino, quien irrumpió en la casa abriendo fuego poco antes de las 7 de la mañana del 14 de junio, había grabado un video tiempo atrás afuera del lugar, diciendo que los iba a matar, aseguró Velázquez en la entrevista con la cadena televisiva.
En medio de la balacera, él intervino, pudo someter a Yohani y logró salvar a su esposa y a los dos hijos pequeños de su hermana, quienes también viven en la casa.
Dánae, la expareja del asesino, se recupera en el hospital de una herida de bala en el rostro.
La familia asegura que informaron a los alguaciles del condado de Lee sobre las amenazas, pero la policía no tomó ninguna medida antes de que el hombre armado abriera fuego y asesinara dos personas inocentes dentro del hogar.
“Nos mandó mensajes amenazando de que nos iba a matar. Antes del juicio yo traté de hablar con él, le mandé mensajes para no llegar al juicio, para resolver el problema, y él no me respondió”, afirmó Velázquez.
Yohani de Lázaro permanece en un hospital, donde está siendo tratado por un traumatismo en la cabeza.
En marzo pasado, la Policía de Miami-Dade encontró los cadáveres de cinco cubanos muertos por disparos en una casa de Miami Lakes, al noreste del condado, en un aparente caso de homicidio-suicidio que conmocionó a la comunidad del sur de Florida.
Las identidades de las víctimas en un primer momento se fueron conociendo a partir de testimonios de familiares y residentes en la zona, quienes dijeron que todos los fallecidos tenían parentesco familiar con el agresor, Daniel Aguilar, de 34 años.
Según algunos reportes, Aguilar supuestamente estaba afectado por una crisis de ansiedad y depresión en el momento de cometer los crímenes.
Además de asesinar a Bárbara David Bermúdez y a sus dos hijos, quienes habían llegado a Florida procedentes de Cuba hacía poco más de un mes, Aguilar también mató a su propia madre, Yoanka Aguilar, de 54 años, quien fue la quinta víctima mortal de la tragedia.
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