Rolando Remedios, el joven de la icónica foto de las protestas del 11-J, abandonó Cuba en un vuelo comercial y se encuentra actualmente en Frankfurt, Alemania, donde solicitó asilo político.
“Mi proceso de asilo se inició y ya he cumplido los primeros trámites, todo está encaminándose y me van a permitir llevarlo a cabo de acuerdo a los requerimientos establecidos”, dijo Remedios a CiberCuba este domingo desde Frankfurt.
Remedios, de 27 años, logró tomar en La Habana un vuelo de la aerolínea Condor rumbo a Dubai, y aterrizó en las primeras horas del sábado en una escala en Frankfurt, donde comunicó a las autoridades alemanas su decisión de refugiarse en el país.
“Me hicieron una primera entrevista y luego me trasladaron a un centro de procesamiento que está a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad”, agregó el joven. “Estoy en estos momentos en un campamento de refugiados en condición de retenido”.
Remedios se acogió al llamado "Reglamento de Dublin", que está vigente en 32 países europeos y que permite procesar las peticiones de protección internacional a solicitantes llegados a esos territorios. Una vez que las autoridades determinen que Alemania es el país responsable para examinar la solicitud de asilo, el solicitante tendrá derecho a permanecer en esa nación y recibir condiciones materiales de acogida.
La Oficina Federal de Migración y Refugiados de Alemania tiene a su cargo la evaluación del caso.
“Del grupo de como 20 cubanos que nos entregamos aquí, creo que fuimos tres los que permanecimos en Alemania. Los demás se fueron a España, donde se radicarán sus peticiones de asilo”, explicó.
Remedios tomó la decisión de salir de Cuba tras meses de espera de su petición de parole humanitario con patrocino económico para viajar a Estados Unidos, presentada el pasado enero. El programa de refugiados políticos para residentes en Cuba permanece cerrado desde 2018 y no hay fecha para su reapertura.
“Estaba completamente limitado para estudiar y vivir en Cuba por estar fichado en la categoría de contrarrevolucionario”, comentó. “En realidad, el trabajo de la oposición dentro de Cuba está muy restringido y requiere un nivel tremendo de valor y resiliencia”.
Remedios considera que el aumento de los controles represivos sumados a las extremas limitaciones económicas hacen agobiante la sobrevivencia en Cuba y condicionan un éxodo que tiene a la juventud como protagonista.
“Cuba es un país en erosión”, afirmó. “Es un lugar donde pensar y casi hasta respirar es ilegal o no está respaldado por las leyes impuestas, y te pueden joder por cualquier cosa al momento… Recordando aquella frase de Martí, con un poco de luz en la frente no se puede vivir donde mandan tiranos”.
Con los antecedentes de Remedios en el activismo cívico y su demostrada participación en las manifestaciones del 11 de julio de 2021 en La Habana, su caso de asilo no debe enfrentar mayores obstáculos.
El joven hizo historia como protagonista simbólico en la jornada masiva del 11-J. La foto de su detención violenta frente al Capitolio de La Habana, inmovilizado por un policía uniformado y un agente de la Seguridad del Estado para introducirlo en un auto, se convirtió en un ícono de las manifestaciones y ocupó sitio preferencial en los principales medios periodísticos del mundo.
Pero la imagen tomada por el fotorreportero Yamil Lage, de la agencia France-Press, fue acaso el mejor recurso para proteger su integridad y sortear las medidas represivas por sus acciones.
Estuvo encarcelado por 27 días -bajo acoso e interrogatorio- en la estación policial de Aguilera y luego en los calabozos de las prisiones “Jóvenes del Cotorro” y "Jóvenes de Occidente", en La Habana. Fue liberado el 6 de agosto de 2021 con una medida cautelar que condicionó su presentación periódica ante las autoridades y la vigilancia permanente de sus movimientos.
Su arresto movilizó la gestión de activistas y organizaciones de derechos humanos en Cuba y a nivel internacional. Tras la obligación de comparecer cada semana a firmar y reportarse ante el oficial encargado de su caso, su expediente fue finalmente archivado y solo se le impuso una multa por desorden público.
Pero desde entonces su vida cotidiana dentro de Cuba se hizo una faena difícil. En varias ocasiones fue citado y advertido por la Seguridad del Estado, y decidió buscar una alternativa de escapar.
“El día antes del vuelo fui al aeropuerto de La Habana a tratar de comprobar que todo estaba en orden, con el temor de estar regulado”, relató. “Estuve cruzando los dedos para que no hubiera sorpresas de última hora”.
Hasta los acontecimientos del 11J, Remedios era un anónimo estudiante de cursos a distancia, sin ningún vínculo con la oposición. Su único paso de discordancia pública con el régimen fue visitar a los acuartelados de San Isidro en noviembre de 2020, cuando varios activistas iniciaron una huelga de hambre para exigir la libertad del músico contestatario Denis Solís.
La foto del 11-J le dio un rostro inconfundible a la represión en Cuba y transformó sus planes en un abrir y cerrar de ojos.
En La Habana quedaron sus padres, con quien Remedios confía reunirse en un futuro cercano en Estados Unidos.
“Estoy fundido, porque llevo dos días sin dormir, pero siento el alivio de estar en un camino diferente”, dijo Remedios, minutos después de la admisión de su solicitud de asilo por las autoridades alemanas. “Cualquiera que sea la resolución del caso, será una espera con libertad y más oportunidades”.
El régimen cubano realzó más de 1,480 arrestos relacionados con las manifestaciones del 11-J a lo largo del país, según el reporte conjunto de las organizaciones independientes Cubalex y Justicia 11J. Según datos de la Fiscalía General de Cuba, más de 790 fueron procesados y unos 300 recibieron condenas de privación de libertad, con sanciones que llegaron hasta los 25 años de cárcel.
Decenas de los implicados han logrado huir del país, algunos con procesos pendientes, y buscar refugio en el extranjero, mayormente en Estados Unidos.
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