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La historiadora de arte y activista cubana Anamely Ramos logró reunirse con su hijo en Estados Unidos, según información compartida en redes sociales.
“Sigo preguntándome cómo es posible que hayas crecido así. Supongo que aunque pase el tiempo seguiré teniendo más preguntas que respuestas. Como sea, todo se tiñe de realidad cuando estás aquí”, escribió Ramos este martes en su cuenta de Instagram, tras la llegada de su hijo José Julián a Estados Unidos.
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La activista llevaba más de dos años separada de su hijo, quien se encontraba en Argentina junto a su padre, el músico Luis Alberto Mariño, quien se plantó con su violín junto a la embajada de Cuba en Argentina para manifestar su solidaridad con los huelguistas Movimiento San Isidro (MSI).
A la académica e historiadora de arte por dos veces el gobierno cubano le ha impedido regresar a la isla, lugar donde ella considera que está su casa.
En febrero de 2022, tras un segundo intento fallido de volver a su país, Ramos denunció que el régimen comunista manipula y utiliza a American Airlines para violentar a activistas y opositores.
Tras su exilio forzado, en marzo de ese año la activista realizó una protesta frente a la Embajada de Cuba en Washington por el derecho de los cubanos a regresar a su país y la liberación de los presos políticos.
"Seguimos protestando frente a la Embajada Cubana, esta vez con una copia en grande de esa notificación infame de mi inadmisibilidad en el territorio nacional, otro documento más de la vergüenza nacional", dijo en esa ocasión en su perfil de Facebook.
Ramos, una de las participantes en el acuartelamiento del MSI en noviembre de 2020, pegó en la reja del edificio diplomático cubano carteles de los artistas Maykel Castillo (Maykel Osorbo) y Luis Manuel Otero, ambos en prisiones de máxima seguridad en Cuba.
"Así quedó la Embajada de Cuba en Washington hoy. Y así seguirá estando en los próximos días. ¡Carguen con su vergüenza!"; expresó la joven, en referencia a las imágenes de Castillo y Otero.
También profesora universitaria llegó esa vez a Washington para exigir a las autoridades cubanas que le expusieran las razones por las cuales se le prohíbe la entrada a Cuba.
En julio de 2022, a un año de las protestas del 11J, la activista igualmente se plantó frente a la Casa Blanca en señal de protesta porque considera que Estados Unidos tiene responsabilidad en lo que está pasando en la isla.
Dijo, esa vez, que “el 11 de julio será una fecha histórica para siempre” y que “nadie, mucho menos los que dicen gobernar Cuba, cuando realmente la desangran, pueden cambiar eso”.
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