Anamely Ramos González es una curadora de arte y activista cubana. Nació el 22 de enero. Es una de las caras más visibles del Movimiento San Isidro (MSI) al que pertenece.
Graduada en la Universidad de la Habana como historiadora del arte, trabajó doce años como profesora e investigadora del Instituto Superior de Arte (ISA), del que fue expulsada. Desde el 10 de enero de 2021 cursa un doctorado en Antropología en la Universidad Iberoamericana (IBERO) México. La propia Anamely aseguró que los represores que la hostigan le advirtieron que en Cuba no había futuro para ella y le pidieron “por su bien” que se marchara del país para que dejara de ser un caso problemático para ellos.
Anamely estuvo entre los activistas del MSI que se acuartelaron el 16 de noviembre de 2020 en Damas 955, en La Habana Vieja, por la liberación del rapero contestatario Denis Solís y el reclamo a la libertad de expresión así como el cese de la censura y la represión a todos los que profesan una ideología independiente a la del gobierno cubano. El 25 de noviembre de 2020 anunció que se sumaba a la huelga de hambre que realizaban varios de sus compañeros.
En febrero de 2021 Ramos formó parte de la representación de artistas, activistas y representantes de la sociedad civil cubana que comparecieron en un encuentro virtual del Parlamento Europeo por la libertad y el fin de la represión en la isla. Además se encontraban Yotuel Romero, Willy Chirino, el jazzista Arturo Sandoval, Gente de Zona, Maykel Osorbo, el científico Ariel Ruiz Urquiola, entre otros.
Anamelys es una de las activistas que más ha alzado la voz contra la gestión del gobierno cubano a través de su página de facebook . Ha calificado los actos de repudio contra activistas cubanos como "crímenes de estado" y ha cargado contra la élite político-económica que se aferra al poder en Cuba a la que califica de " mafia sin ideología que impide la libertad y el progreso del país y sus ciudadanos". Ramos abogó ante el Parlamento Europeo por la legalización de proyectos y asociaciones independientes como vía para regenerar el tejido social que se ha perdido en Cuba, generar relaciones sanas de trabajo y crear redes de solidaridad sin estar desamparados ante el control del Estado.