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Una jueza de inmigración en Miami otorgó este miércoles asilo político a los dos pilotos cubanos que aterrizaron en un ala delta motorizado el pasado marzo en el aeropuerto de Cayo Hueso, al sur de Florida.
Según declaró a CiberCuba Willy Allen, abogado que representó el caso de David López Alfonso e Ismael Hernández Chirino, la jueza otorgó el asilo, pero el gobierno de Estados Unidos apeló la decisión.
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"El gobierno de Estados Unidos se ha reservado el derecho a apelar el asilo", dijo Allen.
La orden de la jueza puede demorar unos 15 días y con posterioridad el gobierno tiene 30 días para presentar el documento de apelación.
De acuerdo con la información aportada por el abogado, ambos pilotos se mantendrán detenidos en el Centro de Detención de Krome, en el condado de Miami-Dade, en espera del fallo sobre la apelación.
López Alfonso, de 39 años, y Hernández Chirino, de 28, enfrentaron el mismo proceso judicial.
El pasado mes, los dos cubanos pasaron satisfactoriamente sus entrevistas de “miedo creíble” ante funcionarios de la Oficina de Asilo del Departamento de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) en un interrogatorio que se extendió por más de tres días y ocupó casi 10 horas con ambos pilotos.
En primera instancia el abogado solo había asumido la representación de Hernández Chirino, pero con posterioridad un familiar de López Alfonso lo contactó desde Noruega para que también lo defendiera contra una posible deportación.
En afirmaciones a CiberCuba Allen explicó que enfocaría su defensa en la "persecución futura" que enfrentarían los pilotos, por la forma tan dramática en que se fueron de Cuba.
Inicialmente presentó una solicitud al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para que los pusieran en libertad condicional con un I-220A (documento de ingreso al país) o con un parole.
Sin embargo, la fianza les fue negada por la forma en que entraron al país, lo que condujo a la petición de un juicio de asilo.
Ambos pilotos hicieron historia cuando aterrizaron el sábado 25 de marzo en Cayo Hueso. El vuelo tomó poco más de dos horas desde la base de Tarará, donde el ala delta motorizado del tipo “Trike” prestaba servicios turísticos en la modalidad de Deportes Aéreos.
Tras la fuga, el Club de Aviación de Cuba, que preside el exespía René González, los calificó de “traidores” y "vulgares delincuentes", y reclamó la devolución inmediata del equipo ultraligero usado para escapar.
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