Unas 24 familias viven en precarias condiciones en vagones de tren ocupados de manera ilegal en un barrio del municipio Morón, en Ciego de Ávila.
Desde hace más de 15 años, los avileños que ocuparon los vagones en desuso viven en una situación crítica a la espera de una solución para su crisis habitacional pero el gobierno no da respuesta a sus problemas, según trascendió en un reportaje del diario local Invasor.
La hilera de vagones se convirtió en el asentamiento “Las casillas”, como conocen en Morón a estos locales que bordean la línea del tren y se extienden desde Serafina, cerca del viejo hotel Perla, hasta las cercanías de la Unidad Empresarial de Base Osvaldo Sánchez, de la Empresa Cárnica provincial.
La estrechez de las habitaciones apenas permite desplazarse en las "casas", son diminutas, con baños inoperantes y sin agua corriente dentro de la casa. Solo tienen acceso desde las llaves que hay en "el patio".
Los vagones que ahora sirven de vivienda se estremecen cuando el tren de Santa Clara y el de Camagüey pasan por la línea.
Los "cuartos" están separados por muebles o closets ubicados de forma tal que ayude a tapar los huecos del techo. Además, algunas familias, numerosas, "que comen, duermen, fuman, cocinan y viven entre dos paredes a tres metros de distancia".
Una de las vecinas del asentamiento refirió al medio local que desde hace muchos años el gobierno prometió ofrecerles una solución pero aún siguen viviendo en las mismas condiciones.
Ha transitado por varios espacios inhabitables, poniendo en riesgo a su hija y nietos, pero las pocas ayudas recibidas no la sacan de la precariedad.
“Aquí también se me empezó a desbaratar el piso, pero yo fui al Gobierno y logré que me dieran con qué rellenar y echar cemento, porque mi niño no se me podía volver a caer por un hueco”, dijo una ciudadana identificada como La China.
El 13 por ciento del fondo habitacional de Morón estaba evaluado como en mal estado, según los cálculos de mediados de mayo de 2020.
Más de la mitad de las viviendas de los planes estatales las ha construido la Empresa Inmobiliaria Almest.
Desde 2019, cuando Inés María Chapman Waugh, vicepresidenta de los Consejos de Estado y de Ministros, prometió ayuda a los habitantes de "Las casillas", Morón construyó 608 casas, 450 de ellas son de Almest.
El resto, unas 158 casas con las que los vecinos de los vagones habrían podido contar, no se les concedieron.
El seis por ciento de la población de Ciego de Ávila vive en barrios y focos precarios, según trascendió en la nota.
La ocupación ilegal de viviendas en Cuba se disparó a partir de 2022 por el recrudecimiento de la crisis económica que vive el país y por el aumento de la migración.
El incremento del fenómeno llevó al gobierno cubano a establecer un marco sancionador que incluye prisión de seis meses a dos años, o multas de 200 a 500 cuotas para los que incurran en tales actos.
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