“Si ahora mismo tuviera 20,000 pesos, no los pondría en el banco”, aseguró un joven cubano entrevistado por la agencia AFP. Como él, la mayoría de los cubanos miran con recelo el proceso de bancarización aprobado por el régimen cubano.
Así quedó patente en un reportaje realizado para el citado medio que entrevistó a varios cubanos que, al igual que el joven, expresaron sus dudas ante una decisión que pretende frenar la pérdida de liquidez en las bóvedas de la banca estatal, única permitida en Cuba.
“O el cajero no tiene dinero, o no tiene conexión, o mandan indicaciones de que nada más puedes sacar una determinada cantidad de dinero que, en los tiempos que estamos viviendo, 5 mil pesos sencillamente no son nada”, dijo una joven.
“Estamos pensando como habitantes de una gran ciudad y no nos damos cuenta de que las personas que viven en asentamientos rurales no tienen acceso a sucursales bancarias ni a cajeros”, señaló otro joven, poniendo el foco en segmentos de población afectados por la medida.
Declaraciones como estas son recogidas a día de hoy por la mayoría de medios independiente e internacionales con presencia en Cuba, a pesar de la campaña de medios oficialistas intentando reforzar el mensaje del régimen de que el proceso de bancarización “beneficia a la población”.
“Si tuviera mucho dinero, no lo pondría en el banco, porque si lo necesito mañana y voy al banco, no me lo van a poder dar, así que tendré que esperar tres días, o hasta que el banco tenga suficiente dinero", dijo la ingeniera mecánica Lisandra Pupo a la agencia AFP.
El obsoleto sistema bancario de Cuba, con su red de cajeros diezmada por la falta de piezas de repuesto, su fallida conexión de datos y su habitual falta de billetes, no inspira confianza en los cubanos que, sin embargo, ven en la incapacidad y los intereses de sus gobernantes el principal peligro para sus ahorros.
Reservas similares expresaron los cubanos a mediados de abril, cuando el régimen anunció una medida del Banco Central de Cuba (BCC) permitiendo depositar dólares estadounidenses en cuentas bancarias.
"Cuando se deposita, se convierte automáticamente en MLC [moneda libremente convertible], y el cambio es uno a uno. Un MLC es un dólar virtual, no compensa. En lo que a mí respecta, por lo menos, no se me ocurriría poner los dólares en un banco", dijo un joven habanero al medio independiente 14yMedio.
A mediados de julio, el régimen cubano empezó a preparar “psicológicamente” a los ciudadanos antes de anunciarles la aprobación mediante decreto del “proceso de bancarización”.
En ese sentido, el ministro presidente del BCC, Joaquín Alonso Vázquez, compareció en la televisión nacional para informar que, desde 2020, los cubanos habían retirado más de 1,000 millones de pesos que no han vuelto a ingresarse en las entidades bancarias de la isla.
"Todo el efectivo que se está quedando fuera del banco es propicio para actividades no muy ortodoxas", afirmó Alonso Vázquez, explicando que "la política fiscal no la podemos ver separada de la política monetaria y crediticia”.
Tras su aprobación por parte del gobierno, varios economistas cubanos lanzaron fuertes críticas a las nuevas medidas encaminadas a la bancarización en la isla, las cuales consideraron "un corralito financiero" y un "latigazo del régimen al sector privado".
La preocupación parece extenderse a los “nuevos actores económicos” surgidos gracias a la estrategia de supervivencia del régimen. Así se lo dejó ver a Miguel Díaz-Canel un diputado y dueño de Mypime que le avisó que "la bancarización traerá el cierre de negocios" y que "la implementación que se propone carece de un análisis integral del problema y su solución".
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