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La exiliada cubana Elena Larrinaga de Luis, líder del opositor Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Cuba, pidió la "reconciliación nacional" en una carta dirigida al mandatario Miguel Díaz-Canel.
La misiva fue enviada este martes y Larrinaga le pide al gobernante cubano que sea consecuente con las palabras que dijo en Nueva York la semana pasada, sobre la relación con los emigrados cubanos.
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"Ha llegado el momento de una nueva política de «Reconciliación Nacional», de una «normalidad política» producto de la necesidad de reencontrar una sensación de orden, convivencia, bienestar y desarrollo, tras el miedo a la represión, la prisión y a la deslegitimación, que solo nos ha conducido al dolor y al ostracismo", dijo la presidenta del PDC.
Larrinaga considera que "existe en todas las capas sociales de nuestro país (Cuba) el deseo de acabar con la artificiosa división de los cubanos".
Sin embargo, aclara que para el regreso de los exiliados es necesario que exista una garantía al respeto a sus derechos, a sus vidas y a sus libertades, pues solo así podrán verdaderamente seguir "aportando al acervo nacional su esfuerzo y sus conocimientos".
Las palabras de la exiliada son una respuesta a la invitación hecha por Miguel Díaz-Canel en Nueva York para que los cubanos fuera de la isla, ya sea en Estados Unidos o en cualquier lugar del mundo, vuelvan a su tierra natal y se sumen a invertir en el desarrollo económico del país.
El mandatario dijo que habría diálogo y respeto, pero sus palabras no fueron bien recibidas en el exilio, pues esta comunidad cubana se conforma justamente por personas con historias de vida marcadas por la represión del Estado, falta de libertades, censura, persecución por tener ideas políticas diferentes, entre otras muchas cosas.
Larrinaga en su carta agradece las palabras de Díaz-Canel y confiesa que por primera vez tiene una "visión coincidente con la suya", pero le alerta al gobernante que "si queremos vivir en amor debemos abandonar el conflicto".
A pesar de que muchos cubanos sientan el deseo de volver a su tierra natal a impulsar el país, aún no existen en Cuba garantías para una inserción armónica y exitosa.
El régimen sigue reprimiendo a las personas por sus ideas políticas, se niegan a aceptar el pluripartidismo y tienen las cárceles llenas de presos de conciencia.
Las palabras de Díaz-Canel en Nueva York fueron interpretadas por muchas personas como un discurso desesperado del régimen por encontrar inversores para salir de la crisis actual.
La mayoría de los exiliados no creen el discurso político del gobernante, y están seguros de que no puede crecer el amor donde aún impera el miedo, la represión, la persecución y el odio al que piensa diferente.
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