Más de 2 mil cubanos quedan sin trabajo al mes en la industria alimentaria y la pesca

Más de 2,100 trabajadores de la industria alimentaria y la pesca quedan “interruptos” cada mes en Cuba, como promedio, mientras unos 3,500 han perdido sus empleos durante este año, según fuentes oficiales.

Industria láctea en Cuba © Trabajadores/José Raúl Rodríguez Robleda
Industria láctea en Cuba Foto © Trabajadores/José Raúl Rodríguez Robleda

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Este artículo es de hace 1 año

Más de 2,100 trabajadores de la industria alimentaria y la pesca quedan “interruptos” cada mes en Cuba, como promedio, mientras unos 3,500 han perdido sus empleos durante este año, a causa de la falta de materias primas para realizar su trabajo, revelaron fuentes oficiales.

En un país sumido en una galopante crisis económica, con un severo impacto en la alimentación de las personas, resultan alarmantes el promedio de empleados separados de sus puestos laborales mes tras mes en esos sectores, y la cantidad que quedarán cesantes -“disponibles”, en el lenguaje oficial del régimen cubano- al finalizar 2023.


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Las cifras fueron reveladas por el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca (SNTIAP), Jorge Luis Fajardo Casas, al periódico oficial Trabajadores, en una entrevista sobre la próxima conferencia nacional del gremio que agrupa a 116,000 trabajadores.

Precisamente, el tema principal que analizará la asamblea en noviembre próximo será el empleo, “dados los muchos problemas que acusa el sector con interrupciones y disponibilidades”, señaló el diario en los términos de la retórica oficial, que evita la alusión explícita al desempleo en Cuba.

Fajardo aludió también a las empresas de la industria alimentaria y la pesca con pérdidas financieras: 12 en total, entre las que mencionó las productoras de lácteos y aceites, la industria molinera y entidades provinciales de la industria alimentaria adscritas al Poder Popular.

El dirigente sindical aseguró que estas empresas no generan pérdidas por ser ineficientes, “sino por su diseño”, “un mal al que hasta hoy no se le ha encontrado solución”, admitió.

“Están condenadas a comprar según niveles de mercado y obligadas a vender a un precio estable, lo que provoca que sus trabajadores -unos 17,000- solo puedan acceder a su salario escala sin posibilidad a utilidades, ni a pago por resultados”, lamentó, sin embargo, no se refirió a los responsables del diseño empresarial ni a cómo revertir un sistema que perjudica en particular a los productores y, por extensión, a la economía del país y a la población.

Fajardo citó un ejemplo que no deja lugar a dudas sobre el irracional funcionamiento de las entidades estatales en el país: “Las empresas lácteas que fabrican yogur para la población mientras más produzcan más pierden, algo contrario a toda lógica. Nosotros sabemos que el aumento de los precios de venta provocaría un alza del precio a la población, pero a eso hay que encontrarle una salida”, dijo el secretario general el SNTIAP.

Sin embargo, el ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, aseguró este martes en el programa oficial Mesa Redonda que ese sector “tiene capacidad suficiente para incrementar de manera significativa la oferta de alimentos para nuestro pueblo” y, sin sonrojarse, enumeró las elevadas cantidades de harina de trigo, leche, yogur, carne de res y de cerdo, y otros alimentos, que supuestamente Cuba está en capacidad de producir en la infraestructura industrial instalada en el país.

Según el funcionario, “algunos de esos valores se lograron en 2017, 2018 y parte de 2019”, años en los que ya la crisis económica comenzaba a agravarse en el país.

Asimismo, Sobrino achacó la falta de pescado en la isla a que hay más de 60 barcos parados y soltó una verdad de Perogrullo: que la actividad pesquera no anda bien este año, pues el plan se cumple a un 58%, con un 23% menos de lo que se hizo en 2022.

Sin embargo, volvió a insistir en su comparecencia por la televisión nacional en que el gobierno cubano no está tomando medidas económicas neoliberales para hacer frente a la crisis.

Sobrino argumentó su afirmación con el ejemplo de la distribución de leche normada, exaltando el “gran esfuerzo que hace el gobierno” al asumir los costos que suponen garantizar un litro de leche diario a más de un millón de niños en Cuba. “Si fuéramos neoliberales, solo tomaría leche el 1% de la población”, dijo.

“El gobierno cubano sigue vendiendo ese litro de leche a 25 centavos en moneda nacional y asumiendo todos los gastos de la diferencia. Un gobierno neoliberal hoy estuviera cobrando por ese litro de leche 125 pesos”, aseguró el ministro, sin presentar estadísticas del costo y precio de la leche en otros países, que respalden la tesis del régimen.

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