Una cubana que lleva apenas diez meses en Estados Unidos dijo sentirse satisfecha porque ha empezado poco a poco a cumplir sus sueños y pidió que nadie sienta pena si ven a los ciudadanos de la isla haciendo en territorio estadounidense trabajos que no se correspondan con su profesión, porque el valor de cada cual va por dentro.
"No tengan pena si los ven cargando basura o haciendo cualquier cosa, en otra cosa que no sea su profesión, porque el valor del ser humano uno sabe que lo tiene y siempre va a seguir adelante", dijo la entrevistada en declaraciones al periodista Javier Díaz, de Univision.
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"La vida es un constante batallar. La lucha tiene que continuar y para poder cumplir el sueño de ser médico, farmacéutico... como yo, que tengo mi profesion, siempre hay que empezar por una primera vez", añadió la mujer, quien arribó a Estados Unidos en compañía de su hijo, el 22 de diciembre del pasado año.
La cubana dice que siente que poco a poco está empezando a realizar sus sueños, y no pierde la portunidad de también agradecer a México porque allí empezó.
La migrante, que trabaja en un establecimiento de la cadena Subway en la ciudad de Hialeah, admite que llegar a Estados Unidos ha sido como empezar de cero, pero no tiene miedo.
"Es difícil al inicio, pero todo tiene que ser poco a poco. Cuando empiezas a pasar cursos y a proyectarte en lo que realmente quieres, pues sí se puede llegar a tener lo que uno quiere siempre que se lo proponga. Aquí todo se puede hacer y la verdad que no me puedo quejar", añadió la mujer.
La cubana, que sueña con volver a ver a su padre y a su hermano, que están en México, recomendó a otros migrantes recién llegados como ella a tener mucha paciencia, porque se trata de un proceso complicado sobre todo para personas que llegan con más edad.
"Aquí, poquito a poco uno va aclimatándose y llega el momento en que uno se adapta", concluyó la optimista cubana, quien asegura que aunque sueña con dar clases y ser farmacéutica, aclara que de momento no se queja de sus progresos.
Con su serie "Cubanos en la yuma" -del que forma parte el citado reportaje- el periodista Javier Díaz, se ha propuesto darle voz a cubanos recién llegados a territorio estadounidense que no tienen miedo al trabajo y que están dispuestos a luchar por tener cada vez una mejor vida.
A finales de septiembre, dos cubanos que se ganan la vida como obreros de la construcción en Miami -uno de Pinar del Río y otro de Ciego de Ávila- aseguraron al periodista que EE.UU. es un gran país, que les ha dado buenas oportunidades, y llamaron a sus compatriotas a no tenerle miedo al trabajo.
"Que se pongan a trabajar, que el trabajo no mata", afirmó uno de ellos en una declaración que fue muy aplaudida en redes sociales.
Los miles de cubanos que se marchan del país en busca de mejor vida se ven obligados a reinventarse y a hacer trabajos que nunca imaginaron que harían. La gran mayoría demuestra que están decididos a trabajar, sin miedo a labores difíciles.
Recientemente trascendió la historia de un joven que se gana la vida en EE.UU. como barbero a domicilio, tras acondicionar una camioneta y dotarla de un enorme espejo y asiento para realizar los cortes.
Hace pocas semanas fue noticia que un matrimonio de cubanos acabados de arribar al país montaron un pequeño puesto móvil de venta de guarapo en Lehigh Acres, en el condado de Lee.
A finales de agosto, se conoció la historia de una muchacha que se gana la vida manejando un camión, una profesión en la que no es común ver a mujeres, aunque la cantidad de féminas en este trabajo ha aumentado.
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