La cubana Leidy Suárez Valencia, licenciada en enfermería, denunció la ocupación ilegal de una finca familiar e hizo un llamado desesperado a las autoridades de Habana del Este ante una situación que desborda la paciencia y la legalidad.
Leidy y su esposo William residen en la carretera El Palenque #13, en la zona de Campo Florido. Él es dueño de una finca en Guanabo y enfrenta un conflicto que ha escalado hasta niveles alarmantes para la familia.
La finca, que opera bajo la figura legal de usufructo y cumple diligentemente con sus obligaciones de suministro de leche al Estado, ha sido objeto de una ocupación no consentida.
Según explica Leidy, en la finca tenían contratado a un hombre que anteriormente se quedaba a cuidar los animales. Esta persona trajo a su familia de la provincia Granma y se instalaron en la propiedad sin permiso ni cambio de dirección legal.
Esta invasión ha derivado en amenazas y agresiones al marido de Leidy. La familia afectada denunció el caso en la policía de Guanabo, pero no han recibido ningún respaldo de las autoridades.
"Se les explicó, en buena forma, que tenían que irse porque allí mi esposo no los quería. Eso no es una vivienda", dijo Leidy.
A pesar de haber seguido los protocolos legales y acudido a diversas instancias, incluyendo el jefe de sector, la policía de campo, la cooperativa, el delegado del gobierno en la zona, las oficinas de Planificación Física de La Habana del Este y la inspectora de agricultura en Alamar, la situación sigue sin resolverse.
La gravedad del asunto se intensifica con el reciente robo de una yunta de toros a plena luz del día, que es el segundo incidente de este tipo que sufren los propietarios de la finca.
Leidy y su esposo también reportan robos continuos de carneros y chivos, lo que agrava la situación de inseguridad y vulnerabilidad que enfrentan.
Este matrimonio está desesperado y han escrito a CiberCuba para hacer pública su denuncia porque no encuentran respuesta en las instituciones estatales cubanas.
Leidy apela a la solidaridad de sus amigos y al público en general, para compartir su mensaje, con la esperanza de que llegue a oídos de algún ministro o jefe a nivel nacional. "Por donde nos toca no resolvemos nada", expresa con angustia.
Este conflicto pone en peligro no solo el sustento de la familia, sino también su seguridad y hasta la economía del Estado en esta zona porque el agricultor colaboraba en la producción de leche, un alimento que el gobierno asegura debe priorizarse en Cuba.
Este caso pone en evidencia las dificultades que enfrentan los ciudadanos cubanos ante la inacción de las autoridades locales y la necesidad de una intervención más efectiva y rápida por parte de los niveles superiores de gobierno.
La seguridad y el respeto a la propiedad privada son fundamentales para el desarrollo de la sociedad, y es imperativo que se tomen medidas para proteger a los ciudadanos de actos delictivos y ocupaciones ilegales.
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