Familiares de un adolescente cubano que tiene un tumor cerebral pidieron con urgencia una visa humanitaria o su traslado a un hospital con mejores condiciones en Cuba, debido al acelerado deterioro de su salud, luego de varias cirugías que le han practicado en el hospital oncológico de Camagüey.
Aliencita Peña, tía del joven, identificado como Alejandro, hizo el pedido en una publicación en Facebook, y explicó las condiciones en que se encuentra el adolescente, luego de innumerables intervenciones quirúrgicas.
Alejandro, que tenía 15 años cuando su familia dio a conocer su caso en abril pasado, padece desde los 10 años un astrocitoma grado 1 en el tallo encefálico, un tumor benigno que produce grandes cantidades de líquido en la cavidad craneal, el cual debe ser extraído correctamente pues puede acarrear consecuencias graves, según explicó entonces la tía.
En la publicación de este miércoles, Peña señaló que hace exactamente 10 meses su sobrino ingresó en el Hospital Oncológico de Camagüey La Colonia, con ese padecimiento, y describió algunos de los procederes médicos a los que ha sido sometido.
“Hemos perdido la cuenta ya con las veces que lo han operado. ‘Esta vez sí’ decían los médicos, pero siempre hay un fallo, siempre hay algo que está mal. Meningo, trombosis, bacterias, hongos, anemia, gastritis y ahora una atrofia muscular que le causa mucho dolor a causa de tanto tiempo encamado por tener una derivación craneal drenando hacia el exterior, son algunos de los padecimientos por los que ha atravesado el niño”, detalló en el post.
Según su testimonio, hace siete días se le practicó otra operación, con el propósito de colocarle un catéter, por la vía biliar, y “acorde a los médicos todo bien. Hasta ayer las radiografías y los ultrasonidos bien”, afirmó.
Sin embargo, reveló que, gracias a la madre del joven, fue que los médicos se percataron de los síntomas que estaba presentando, y “fue directo al salón a operar de nuevo, a volver a poner la derivación al exterior y a drenar la vesícula porque estaba inflamada, pero en la radiografía y en el ultrasonido nadie se dio cuenta. Si su mamá no se hubiese percatado, hoy no sabríamos que hubiese pasado”.
En su escrito Peña cuestionó: “¿Qué está pasando que cada vez que se procede todo está mal? ¿Por qué no se puede detectar una inflamación mediante una revisión médica con los instrumentos requeridos?”, y recordó que ocho meses atrás, ante una situación similar, recurrió a las redes “con la esperanza de obtener un catéter ventrículo peritoneal que el país no tenía para poder operarlo”.
La tía del adolescente suplicó “encarecidamente un traslado para un hospital con mejores condiciones, La Habana, o una visa humanitaria”, para que Alejandro reciba un tratamiento adecuado y recupere su salud.
“Es triste ver cómo un niño tan fuerte, se ha deteriorado tanto al punto de que llora por el dolor o que no camina, o no puede ni siquiera estar sentado por el gran dolor que le causa”, dijo consternada al final de su petición.
En redes sociales trascienden con frecuencia los pedidos de cubanos que, angustiados por el empeoramiento de la salud de sus familiares debido a la falta de tratamientos idóneos o que no se realizan en Cuba, cifran sus esperanzas en una visa humanitaria hacia un país donde puedan ser atendidos adecuadamente.
Muchas de estas solicitudes se han canalizado a través de organizaciones humanitarias, instituciones sociales o personas altruistas, que han hecho posible el viaje de los pacientes a otro país, por lo general Estados Unidos, para recibir tratamiento.
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