Diocles Torralba González falleció este jueves en La Habana como consecuencia de un cáncer metastásico y agresivo que, en poco tiempo, provocó el fatal desenlace.
La noticia fue revelada por el periodista cubano Wilfredo Cancio Isla, quien esbozó un retrato del dirigente y víctima del castrismo en su blog CaféFuerte.
Figura histórica de la llamada “revolución cubana”, Torralba González bajó de la Sierra Maestra con grados de capitán del Ejército Rebelde, con apenas 20 años. Los 64 años posteriores, hasta la fecha de su muerte, estuvieron marcados por el auge y caída de su poder dentro del régimen instaurado por el dictador Fidel Castro.
Vicepresidente del Consejo de Ministros ministro de Transporte, Diocles fue destituido de sus cargos en junio de 1989, en un caso que tuvo implicaciones con la famosa Causa No. 1 en la que el general Arnaldo Ochoa y otros altos mandos militares y de la contrainteligencia fueron sentenciados a muerte y altas penas de prisión por tráfico de drogas.
Amigo de Ochoa y los hermanos Antonio y Patricio de la Guardia, el “truene” (destitución) de Diocles fue uno de los más mediáticos y conocidos por la población, en un país donde las purgas y ajustes de cuentas entre la dirigencia solían (y suelen) suceder en secreto.
Condenado a 20 años bajo cargos de malversación, abuso de autoridad y uso indebido de recursos, el que fuera hombre de confianza de los hermanos Castro, pasó la mitad en prisión y, una vez en libertad, se sumió en el anonimato.
Su destitución como ministro de Transporte y arresto ocupó titulares en la prensa internacional en el verano de 1989, pues coincidió con el escándalo de la llamada Causa No.1, el proceso judicial y el fusilamiento del general Ochoa, el coronel Antonio de la Guardia y otros dos militares el 13 de julio de ese año.
Aunque su persona no fue juzgada en dicha Causa, su nombre sí resonó durante el famoso juicio con el que el régimen cubano se lavó las manos de las acusaciones que se le hacían de participar en actividades de narcotráfico, vinculadas al Cartel de Medellín y su famoso líder y fundador, Pablo Escobar.
Instruido militarmente en la Academia Frunze en la Unión Soviética, donde se gradúa con honores, Torralba González conoce allí a Ochoa y se forja entre ellos una gran amistad.
Tal y como recordó Cancio, Diocles fue quien supervisó desde las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) el fracasado operativo que en 1966 llevó a Ochoa y 15 militares cubanos a las costas de Falcón, en Venezuela, para reforzar la guerrilla que se enfrentaba al gobierno de Raúl Leoni.
Elegido miembro del Comité Central en el I Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en 1975, Torralba González asumió importantes tareas gubernamentales y políticas. Fungió como ministro de la Industria Azucarera entre 1977 y 1985, año en el que fue nombrado ministro de Transporte, su último puesto de confianza dentro del régimen cubano.
El 12 de junio de 1989, un día antes de conocerse la detención del general Ochoa y demás implicados en la Causa Uno, Diocles caía en desgracia y era “tronado” por su presunto estilo de vida, calificado de “licencioso y corrupto” por la cúpula de un régimen que permitía tales “vicios” a quienes consideraba “leales”, y que los perseguía en aquellos tachados de “descarriados”.
Según menciona el escritor cubano en el exilio, Carlos Rodríguez Búa, en su blog Memorias de un Cubano, el oficialista periódico Granma publicó uno de sus típicos editoriales difamatorios contra Diocles, en el que, además de una larga lista de "errores cometidos", sugería la homosexualidad del dirigente, indicando que el ciudadano Torralba vivía además con otro hombre en su misma casa.
Juzgado por supuestos delitos de malversación, manejo indebido de recursos, abuso de autoridad, ocupación ilícita de edificios y falsificación de documentos públicos, el histórico dirigente cumplió condena en la prisión de Guanajay. Excarcelado diez años después, Diocles prosiguió su vida en el anonimato.
Nacido en 1939 en Palma Soriano, antigua provincia de Oriente, el que fuera integrante del Movimiento “26 de Julio” murió en su apartamento del Vedado, en La Habana con 84 años y una historia de vida representativa de las intrigas, injusticias y crueldades que anidan en la cúpula del régimen cubano.
Según confirmaron fuentes familiares a CaféFuerte, Torralba murió a las 10:15 pm, aquejado por las complicaciones de un cáncer de colon que le había afectado también otros órganos vitales. Al momento de redactar esta nota, el luctuoso suceso no ha sido informado en los medios oficialistas de comunicación en Cuba.
Le sobreviven su viuda Patricia y sus hijos Diocles, Elery, Amy, Rafael y Diocles II, y sus hermanos Rosa y Tomás. Su hija María Elena falleció en Estados Unidos años atrás. Cumpliendo su última voluntad, sus restos serán cremados.
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