El presidente ruso, Vladimir Putin, podría transferir misiles de crucero a Cuba y Venezuela en el contexto de sus crecientes tensiones con Estados Unidos, y a propósito del apoyo de este país a Ucrania para resistir la invasión de Rusia.
Así lo explicó Víctor Baranets, coronel retirado del Ejército de Rusia, experto militar del diario Komsomolskaya Pravda y portavoz del Kremlin en una entrevista publicada por al medio ruso PToday.
Las palabras del experto militar suponen un nuevo desafío para Washington y La Habana, donde la cúpula del régimen cubano ha visto proliferar en los últimos el número de declaraciones de funcionarios rusos que ponen en entredicho la soberanía del país, dejando una imagen de “entreguismo” a los intereses y presiones del Kremlin.
La posibilidad de que Rusia considere transferir misiles de crucero a Cuba y Venezuela en un futuro cercano suponen una amenaza militar directa para Estados Unidos, pero también un peligro para los cubanos, que ven cómo la “continuidad” del gobernante Miguel Díaz-Canel cede espacios de soberanía a Moscú con tal de mantener una alianza estratégica que los mantenga en el poder.
En sus declaraciones, Baranets reveló que el Kremlin contempla desplegar en la Isla "misiles inteligentes" con un alcance de hasta 2,500 kilómetros, apuntando a importantes instalaciones de infraestructura en suelo estadounidense en caso de emergencia.
Esta acción, según el experto, podría realizarse como una alternativa al despliegue de bases militares rusas en Cuba y Venezuela, medida descartada previamente debido a las posibles repercusiones para los regímenes aliados bajo sanciones de Washington.
El experto militar planteó la posibilidad de enviar submarinos rusos equipados con misiles de crucero Kalibr a la región, lo que permitiría alcanzar territorio estadounidense si la situación lo exigiera. Además, señaló la eventual transferencia de aeronaves tácticas de largo alcance, como el Tu-22M3 y aviones antisubmarinos, hacia las fronteras de Estados Unidos.
Baranets subrayó la capacidad de respuesta de Rusia ante posibles amenazas, mencionando la eventual instalación de sistemas avanzados de defensa como el S-400 en la región, lo que permitiría contrarrestar rápidamente cualquier amenaza de Estados Unidos u otros países de la OTAN.
El experto también anticipó la posibilidad de realizar ejercicios militares a gran escala en Cuba, superando en magnitud a los realizados por la OTAN en el Mar Negro, debido a restricciones establecidas por la Convención de Montreux que limitan la presencia naval de la Alianza en la región.
Baranets manifestó su confianza en que la presencia de submarinos y equipos rusos cerca de las fronteras estadounidenses desencadenaría un "verdadero pánico" en el Pentágono. Estas afirmaciones se enmarcan en las recientes declaraciones de Putin sobre la efectividad del misil Kalibr en la invasión de Ucrania, amenazando con su posible uso contra otros países.
Este posible plan estratégico ruso ha sido vinculado con una serie de movimientos observados en Cuba. La presencia de figuras militares rusas como el teniente general Andrei Gushchin, al frente de la delegación militar del Kremlin en La Habana, refuerza estas especulaciones. Informes previos han sugerido la existencia de una red de espionaje rusa operando desde la Isla, incluyendo expertos en tecnología coheteril y cibernética.
El incremento de las visitas de militares rusos a Cuba ha sido notable, mientras que persisten inquietudes sobre el reclutamiento de cubanos como mercenarios para las fuerzas armadas rusas en Ucrania.
Aunque las armas carecerían de cargas nucleares, tendrían la capacidad de golpear con rapidez y precisión objetivos estratégicos en Estados Unidos, destacó Baranets.
La posibilidad de la presencia de armamento ruso en Cuba y Venezuela podría reconfigurar el equilibrio de poder en la región, generando preocupación y reacciones en Washington y la comunidad internacional, marcando un hito significativo en la dinámica geopolítica global.
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