El nombramiento de Lizette Martínez Luzardo como nueva viceministra de Cultura de Cuba fue criticado por actores de la sociedad civil que la identificaron como una de las represoras de los jóvenes que se manifestaron el 27 de enero de 2021 frente a la sede del ministerio.
Martínez Luzardo, quien se desempeñaba como Directora General de Políticas Culturales del MINCULT, fue una de las funcionarias que acompañó al ministro Alpidio Alonso Grau a enfrentar a los jóvenes que pedían diálogo con las autoridades y el cese de la represión contra artistas y activistas del 27N.
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Los hechos también tuvieron de protagonista al recién destituido viceministro, Fernando Rojas Gutiérrez, quien, junto a Alonso Grau y Martínez Luzardo, arremetió contra los jóvenes manifestantes, llegando al empleo de la violencia física y a colaborar con la Seguridad del Estado en su violenta detención.
Tras los sucesos, la televisión cubana emitió un reportaje conducido por el presentador y vocero de la Contrainteligencia cubana, Humberto López, donde solo se dio voz a los trabajadores del MINCULT, sin mostrar la agresión del ministro y sus secuaces contra quienes acudieron a la institución para manifestarse pacíficamente.
“Una de las nuevas viceministras de Cultura, designada en sustitución de Fernando Rojas y Kenelma Carvajal, ya viene con historial represivo al servicio de quienes hoy la ascienden. Se trata de Lizzete Martínez Luzardo”, dijo este martes en X el periodista independiente José Raúl Gallego.
La joven funcionaria, recordó el activista, “ya había sido premiada con un puesto como diputada en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y fue una de las funcionarias del MINCULT que participó en la represión a los jóvenes artistas el 27 de enero de 2021”.
“También fue una de las encargadas junto al actual presidente del ICAIC, Alexis Triana Hernández, y el vocero Humberto López, de mentir y justificar en televisión nacional la represión de ese día”, recordó Gallego.
Nacida el 16 de enero de 1987 (cumplirá 37 años en breve), Martínez Luzardo representa a esa casta de personas que encarnan lo que la filósofa Hannah Arendt conceptualizó como la “banalidad del mal”.
Se trata de funcionarios que actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos ni sus consecuencias, por pura inclinación y obediencia hacia el poder de sus superiores.
“Cuando llego al Ministerio de Cultura, me encuentro al viceministro Fernando dialogando con los jóvenes que ahí estaban reunidos y pidiéndole que, por favor, pasaran. Yo me sumo con Fernando al ver que la actitud de los jóvenes era... era una actitud desafiante. Incluso se dijeron ofensas en el momento que Fernando estaba tratando de dialogar con ellos”, le dijo Martínez Luzardo a López al día siguiente de los hechos.
En compañía del entonces director de comunicación del MINCULT, Triana Hernández, la joven funcionaria dio “su testimonio” sobre lo ocurrido el 27ENE. Según afirmó, los manifestantes estuvieron “todo el tiempo desafiando, riéndose y con una clara postura de que no querían entrar al Ministerio de Cultura”.
“No entiendo, ¿quién les tenía que dar la orden de entrar?”, preguntó. “Era como un juego para hacernos perder el tiempo. Lo sentí así… incluso me sentí agredida. ¿Dónde está el límite? La actitud fue provocadora. He dicho varias veces que fue desafiante porque eso fue lo que vi. Eso fue lo que sentí. O sea, nadie me lo contó. Entonces, sentirnos de pronto agredidos, desafiados, riéndose de nuestra inteligencia, es algo muy complicado”.
Según defendió en la Televisión Nacional, Martínez Luzardo no respondió a “órdenes” de superiores. “A nosotros no nos convocaron ahí. Al ver lo que estaba ocurriendo, sencillamente respondimos”.
“O sea, yo participé, estuve ahí, llegué justo en ese momento y creí, sobre todo, que mi deber era en primer lugar acompañar a Fernando, que es nuestro colega de trabajo, porque además la actitud de Fernando siempre ha sido de mucha sencillez en todo momento. Y después acompañar al grupo, a mi colectivo laboral”, añadió.
Además de Rojas Gutiérrez, este lunes también fue destituida la viceministra Kenelma Carvajal Pérez, y nombrada como tal Lillitsy Hernández Oliva, actual presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
Estos cambios en el MINCULT, ampliamente demandados por artistas y trabajadores del gremio –sobre todo en el caso de Fernando Rojas, quien ahora pasa a desempeñarse como asesor del ministro-, forman parte de una maniobra política que muchos han visto como una estrategia de distracción, ya que se anunciaron justo cuando el régimen cubano aprobó un “paquetazo” de medidas, con subida generalizada de precios de bienes y servicios, persiguiendo el presunto objetivo de “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
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