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El narrador deportivo René Navarro, quien está retirado desde 2005, admitió en reciente entrevista que tras jubilarse se las vio tan difícil económicamente que debió vender su carro para no morirse de hambre. Advirtió, además, que su situación económica no ha mejorado.
“Yo ganaba 430 pesos como jubilado, y cuando vinieron las famosas leyes nuevas subí a 1,700 y algo más. Creo que 1,733. ¿Qué se hace con 1,733 pesos después de tantos años de trabajo? Esa jubilación es injusta y afecta a muchísimas personas, incluida buena parte de las glorias del deporte”, cuestionó Navarro en entrevista con Michel Contreras para Cubanet.
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“En cuanto a la gasolina, renuncié a ella y el carro lo vendí para no morirme de hambre. No tenía cómo mantener una familia con tan poco dinero. Así que la situación persiste”, añadió el popular comentarista.
René Navarro afirmó que actualmente vive como “la gente más humilde” que puede haber en Cuba.
Calificó de “tema delicado” el asunto salarial e instó al gobierno cubano a analizar en algún momento “quién aportó más a la sociedad y quién debe recibir más, sin que todo el mundo sea cortado con la misma tijera”.
No es la primera vez que Manuel Navarro aborda el tema, en entrevista con Julita Osendi para CiberCuba, en 2019, ya hizo referencia al "irrisorio" sueldo que tuvo al retirarse.
"¿Es justo que después de 43 años trabajando, 38 de ellos en el ICRT, cobre un sueldo irrisorio, sobre todo en estos momentos que vivimos?”, cuestionó entonces.
En esa oportunidad el comentarista aprovechó para indicar que con él jamás se tuvo "consideración". Contó que primero estuvo 30 años viajando de Madruga a La Habana diariamente.
"Cuando me asignaron el carro en 1989, comenzaron en el país las grandes dificultades con la gasolina y creo que fui uno de los pocos que jamás recibió el llamado combustible por compensación que daba el organismo", explicó.
“Yo, después de tantos años y siendo el que más lejos vivía, y ¡ni eso me daban! ¿Sabes las veces que, por un noticiero o una narración, y no haber guaguas, venía en el carro y lo tenía que dejar parqueado en la Rampa, cuando más frente al ICRT, regresar a casa en lo que pudiera, y al otro día, rezar porque no me lo hubieran robado? No te las puedo enumerar”, añadió.
“Tuve que salir a vender botellas y pomos plásticos para apoyar la alimentación de la casa, pues mi señora también se tuvo que jubilar por serios problemas de enfermedad. No puedes imaginar, ni por un momento, lo que pasamos. Mientras otros fueron calzados, ayudados; yo nunca recibí apoyo alguno", concluyó entonces.
Al año siguiente, en abril de 2020 René Navarro, explotó en las redes sociales con una publicación en la que denunció que la mano de un “mediocre, incapaz, simulador, oportunista y envidioso" del ICRT -que no identificó por nombre y apellidos- había hecho desaparecer de los archivos una parte importante de su trabajo profesional.
Unos meses después, en noviembre de 2020 -en plena pandemia- René Navarro regresó a las redes sociales para quejarse en ese caso de una larga cola que había hecho para comprar medicamentos.
"Los viejos de 70, 75, 80 y más años desearíamos vivir los contados almanaques que nos restan un poco más tranquilos y NO sometidos a largas horas de espera para cualquier gestión", dijo.
"¿Seremos capaces de destrabar TODO lo que sigue cada vez más trabado? ¿Podremos desenredar todos los enredos que enfrentamos diariamente?", cuestionó entonces.
Más de tres años después, tales preguntas siguen flotando en el día a día de todos los cubanos residentes en la isla.
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