En el último punto de una extensa Gaceta Oficial de la República de Cuba número 12 de 2024, publicada el pasado lunes y en la cual aparecían más de 30 acuerdos aprobados en el Parlamento y el Consejo de Estado cubanos, se informó del nombramiento del sustituido Ministro de Comercio Exterior y la Inversión extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, como nuevo Embajador de Cuba en Canadá.
Malmierca, quien abandonó el cargo en abril de 2023 para darle paso a Ricardo Cabrisas, reemplazará en la nación norteña a Héctor Igarza, quien, según la propia Gaceta, será "trasladado de misión".
El documento afirma que el exministro fue propuesto por el presidente de la República, "una vez realizada la valoración que corresponde", y a partir de su designación, en lo adelante, pasará a ser Embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Cuba ante Canadá.
Malmierca Díaz ya fungió como Embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York. Además, fue embajador en Bélgica, la Unión Europea y Luxemburgo entre 2002 y 2005. Entre 1992 y 1997 trabajó como consejero de Asuntos Económicos y Comerciales en la Embajada de Cuba en Brasil.
Con este movimiento el régimen busca afianzar sus posiciones comerciales con un emisor importante de turistas al país.
En una posición similar estuvo entre 2018 y 2021, la actual viceministra del Ministerio de Relaciones Exteriores Josefina Vidal Ferreiro, una funcionaria que llevaba toda una vida de lujos y ostentación en Canadá, donde ejercía como embajadora.
Un reportaje publicado en el portal Diplomat International Canada en 2018, cuando Vidal asumió la representación cubana en ese país, describe la fabulosa vida de la diplomática, muy alejada de las penurias y necesidades que sufrían -y sufren- sus compatriotas en la Isla.
Según el texto, Vidal y su esposo, José Anselmo López Perera, quien se desempeñaba como ministro consejero, tenían "todas las comodidades del hogar en su acogedora residencia en Acacia Avenue en Rockcliffe", distrito municipal situado en el extremo este de la ciudad de Ottawa, en Ontario.
La pareja residía en una "residencia con encanto", una casa de estilo Tudor Revival construida en los años 40. El inmueble de dos pisos y siete habitaciones con vidrieras emplomadas se lo compró el gobierno cubano en 1970 a un juez local, para destinarlo a la residencia de su embajador.
Malmierca, quien ocupará esa residencia y vivirá la vida de lujos que lo separan de la cotidianidad del cubano habitante en la isla, tendrá que echar gala a sus encantos como diplomático y funcionario del régimen para lograr mejorar las percepciones de algunos rublos importantes para la economía cubana, entre ellos el turismo, y en el cual Canadá siempre ha sido un jugador importante.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (2)Archivado en: