Los cubanos fueron testigos este martes de otro “juicio ejemplarizante” que ocupó los titulares de la prensa oficialista y que condenó a penas de cárcel y sanciones administrativas a trabajadores y clientes de Empresa Eléctrica de La Habana.
“Fueron sancionados funcionarios de la Empresa Eléctrica de La Habana por un delito de falsificación de documentos bancarios y de comercio, para cometer cohecho de carácter continuado, a penas de entre 6 y 8 años de privación de libertad, y usuarios a multas administrativas”, indicó el ministerio del Interior (MININT) en sus redes sociales.
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Por su parte, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) precisó en sus redes sociales que el “juicio oral, público y ejemplarizante, se realizó hace unos días en el Tribunal Provincial de La Habana”.
Acorde a la empresa estatal, “la lucha contra el delito y las ilegalidades es y será un combate diario de nuestros cuadros y órganos operativos del ministerio del Interior, en aras de proteger a nuestro pueblo trabajador”.
Día tras día, la empresa que dirige Alfredo López Valdés es incapaz de suministrar la energía eléctrica que demandan sus clientes, quienes pagan por este servicio tarifas que se han ido incrementando desde la entrada en vigor del fracasado “ordenamiento económico y monetario”, mientras se agudizaba la crisis del sistema electroenergético nacional (SEN).
“No permitiremos que personas inescrupulosas manchen la valía de hombres y mujeres que no descansan para que a pesar de las dificultades existentes llegue a nuestros clientes un servicio adecuado”, concluyó la UNE en su publicación.
La investigación del MININT de conjunto con empleados de la Empresa Eléctrica de La Habana culminó con la acusación de siete funcionarios de la entidad y 14 clientes del sector residencial del municipio Plaza de la Revolución.
Como resultado de la investigación se determinó la implicación del informático que administraba el sistema automatizado de gestión comercial empleado por la Unión Eléctrica para el control de la empresa, indicó un reportaje de la Televisión Cubana.
Con música tremendista de fondo, el periodista especificó que “la cadena delictiva estaba compuesta no solo por el informático principal de la empresa eléctrica de La Habana y el administrador de la oficina comercial de Plaza de la Revolución”, sino que además participaron un inspector supervisor y cuatro lectores cobradores.
Los principales clientes vinculados al proceso eran altos consumidores de energía, a los que la presunta trama facilitaba la evasión de los pagos correspondientes mediante herramientas informáticas destinadas a la vulneración del sistema, indicaron oficiales del MININT que participaron en la investigación.
“Para tener electricidad en los metros contadores, hay que importar combustible, grandes volúmenes de combustible. Se genera [electricidad] en una central termoeléctrica, se transmite, se distribuye y es que llega a un metro contador. Por tanto, cada vez que un cliente nos está robando electricidad en un metro contador, lo que está robando es combustible”, concluyó Mario Castillo Salas, director general de la Empresa Eléctrica de la capital.
Por su parte, Haydee Gómez Tellería, directora comercial de la empresa afirmó que “para poder trabajar y poder estar en este puesto de trabajo, se necesitaba, ante todo, confianza, ética”.
“Yo estoy convencido que, para su interior, deben estar muy arrepentidos de lo que hicieron”, opinó Omar Alejandro Alonso Prieto, técnico de redes y sistemas de la susodicha empresa.
En octubre pasado, un delegado municipal del Poder Popular en Pinar del Río propuso utilizar los medios de comunicación, bajo control del Partido Comunista de Cuba (PCC) para transmitir juicios ejemplarizantes, con el fin de crear “conciencia”.
Empleados como ejemplos coercitivos y amenazantes para los cubanos, los llamados “juicios ejemplarizantes” han formado parte de las estrategias de represión y control del régimen para disuadir a la población de cometer acciones que alteren el statu quo, ya sean por delitos económicos, criminales o que atenten contra la “seguridad del estado”.
En fechas recientes, en un “juicio ejemplarizante” un hombre fue condenado a cadena perpetua en Cuba por el asesinato de un campesino al que robaron y sacrificaron cabezas de ganado en compañía de otros tres ladrones.
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