La provincia de Guantánamo enfrenta una severa falta de medicamentos y productos de higiene, incluyendo almohadillas sanitarias, lo que ha llevado a un funcionario a pedir a las mujeres que "cojan calma".
El llamado a la paciencia lo hizo el director de la Unidad Empresarial Comercializadora de Medicamentos en Guantánamo, Ernesto de la Cruz Rodríguez, en un mensaje por la televisión provincial.
Según De la Cruz, la distribución de este indispensable producto de higiene femenina, está ausente del mercado por más de un mes, pero el gobierno puede retomar gradualmente las ventas dentro de poco.
"Les pedimos a las féminas que agarren un poquito de calma porque las almohadillas sanitarias se irán entregando de manera paulatina", dijo el funcionario.
La escasez no solo afecta a las llamadas "íntimas", sino que se extiende a un amplio espectro de medicamentos, con 278 medicinas esenciales que no se encuentran disponibles.
Los fármacos más impactados son los que se emplean en tratamientos de enfermedades comunes y crónicas, como los antibióticos, hipotensores y ansiolíticos.
Productos médicos que deben ser prescritos y controlados mediante tarjetones médicos también están en falta. De los 84 que están regulados, solo 44 pueden ser proporcionados actualmente por el gobierno.
La situación en cuanto a insumos sanitarios alternativos es igualmente desalentadora. Artículos como bolsas colectoras de orina y de colostomía, cánulas, condones, algodón y alcohol de uso médico escasean sin una fecha cierta para su restablecimiento.
Este escenario, prolongado a lo largo de años, se agrava por la falta de insumos y medicamentos en hospitales, obligando a los pacientes a recurrir al mercado negro o a la compra en el extranjero para su obtención.
Las autoridades gubernamentales han atribuido la crisis en la producción de medicamentos a la indisponibilidad de materias primas, así como a las averías en las plantas de producción.
Estas explicaciones, sin embargo, no ofrecen consuelo a una población que día a día enfrenta las consecuencias de dicha carencia, incluso en las propias instituciones del depauperado sistema de salud pública de Cuba.
A la escasez de medicinas y de productos de primera necesitad se añade la falta de alimentos básicos en Cuba.
No hay pan en el país y la leche ya no la venden ni para los niños. Muchas madres sufren por no poder preparar un desayuno a sus hijos a la hora de enviarlos a la escuela.
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