Roberto Hernández, radicado en República Dominicana, recurrió a las redes sociales con la esperanza de localizar a sus hermanos en Cuba, los cuales nunca ha tenido la oportunidad de conocer personalmente.
En un emotivo mensaje a través de las redes sociales, Hernández inició una búsqueda que atraviesa mares y fronteras, con el fin de reencontrar a unos presuntos hermanos cubanos. Lanzó su llamado en el grupo de Facebook "Holguín la provincia más bella", proporcionando detalles de su progenitor.
"Busco a la familia de este señor, su nombre era Roberto Hernández Matos, murió en Miami un 25 de enero del 1986, hijo de Máximo y Asunción. Él nació un 15 de septiembre del 1935 y era nativo de Oriente Cuba. Era mi padre, murió cuando yo tenía un año de edad. Sé que tengo hermanos en Cuba pero no los conozco", dijo.
Su publicación generó una ola de reacciones y consejos por parte de otros usuarios cubanos en la red social. Una persona sugirió que "los Matos son en su mayoría de Oriente".
"En Nicaro conocí una familia Matos y en Baracoa, Guantánamo, hay bastantes personas con ese apellido. No va a ser difícil encontrar tu familia", le comentaron en el post.
Otro usuario recomendó acudir al Registro Civil de Cuba: "Aquí hay un solo lugar que vas directo y encuentras a toda la familia. Es en las oficinas del Carnet de Identidad (CI). Lleva datos de donde nació, direcciones por donde vivió, hijos, hermanos, tíos y sale todo, hasta los vínculos. Para obtener esa información es más efectivo venir, y así se encuentra con todos sus hermanos. La sangre todo lo puede".
La historia de Hernández refleja la realidad de muchas familias cubanas que han sido divididas y dispersadas a lo largo de los años, a medida que muchos abandonaban la isla en búsqueda de mejores oportunidades.
Aunque la separación y el exilio han marcado la vida de incontables cubanos, las nuevas tecnologías y en particular el uso de las redes sociales, emergen como un faro de esperanza que posibilita la reconexión con los seres queridos.
Este es sólo uno de los numerosos casos de familias desestructuradas por la emigración, un fenómeno dolorosamente común en Cuba.
La búsqueda de Hernández, más que un acto individual, se convierte en representación colectiva del deseo de superar las distancias impuestas por la política y la geografía, y en reafirmación de los lazos que resisten a pesar de años y adversidades.
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