Una investigación histórica detallada revela que los esclavos durante los siglos XVIII y XIX disfrutaban de una dieta notablemente superior en valor nutritivo y abundancia en comparación con la alimentación a la que tienen acceso los cubanos de hoy.
El destacado historiador cubano del siglo XX Manuel Moreno Fraginals, en su extensa obra "El Ingenio", evidencia que los esclavos cubanos consumían diariamente una dieta que incluía media libra carne de res, tasajo, bacalao.
Asimismo, comían 500 gramos de harina de maíz al día, además de boniato, yuca, calabaza, entre otros alimentos, recordó el Observatorio Cubano de Conflictos, que publicó este miércoles la actualización de un texto publicado anteriormente por el medio independiente Diario de Cuba.
Tales cifras fueron confirmadas por otras investigaciones como “Código Negro” español de 1824, donde se recoge que los esclavos en la isla comían 7 onzas diarias de carne (210 gramos). En 1842 en el “Reglamento de Cuba” colonial de ese año se informó que los esclavos comían 8 onzas diaria de carne (240 gramos).
Fraginals explica que además de carne y pescado, los fornidos esclavos cubanos comían chilindrón de chivo, y congrí, tostones de plátano, funche (guiso de maíz), frituras, quimbombó, y viandas con mojos (malangas, plátanos, ñame).
Esta dieta proporcionaba a los esclavos aproximadamente 70 gramos de proteína animal, 13 gramos de grasa y 382 calorías, además de 15 gramos diarios de proteína vegetal, subraya el historiador.
Sin embargo, tales cifras contrastan drásticamente con la realidad en la Cuba actual, donde los campesinos no tienen acceso ni siquiera a una fracción de la variedad y cantidad de alimentos que disfrutaban los esclavos, expresa el Observatorio.
La falta de proteínas en la dieta se evidencia en la creciente desnutrición y/o malnutrición en la isla.
Muchos ciudadanos apenas tienen acceso a carne vacuna, y algunos ni siquiera la han probado en años.
"Hoy en la isla se come menos carne vacuna que en Etiopía (1.3 libras mensuales) o en Gambia (1.2 libras), dos de los países más pobres del mundo según la FAO", destaca el texto.
Menciona que los nutricionistas aseguran que un adulto debe ingerir diariamente 0.8 gramos por kilogramo de peso corporal.
O sea, quien pesa 165 libras debe consumir entre 55 y 60 gramos de proteína diarios, que se encuentran especialmente en los alimentos de origen animal.
"Un solo bistec de res de media libra contiene 60 gramos de proteína, toda la que necesita un adulto diariamente, y el doble de los 36 gramos de un bistec de puerco de igual peso (y que incluye 40 gramos de grasa saturada), y un 30% más que los 42 gramos que proporciona media libra de pollo", explica el Observatorio.
El texto aclara que los abuelos en 1958 comían 10 veces más carne que hoy sus nietos: en ese año el consumo per cápita cubano de carne de res fue de 6,7 libras mensuales, el tercero más alto de Latinoamérica luego de Argentina y Uruguay.
Sin embargo, en 2023 el consumo latinoamericano promedio de carne de res fue de 11 libras mensuales per cápita (según la FAO), mientras el de Cuba no llegó ni a una libra mensual.
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