El cubano Guillermo Durán sobrevive acumulando restos de comida que encuentra en los basureros de La Habana Vieja, Centro Habana y Plaza, en la capital del país, para luego vender el sancocho a 500 pesos la tanqueta, según afirmó ADN Cuba.
Este hombre de 57 años relató que recolecta diariamente dos tanquetas de sancocho, las cuales vende luego a 500 pesos cada una, lo que le permite ganar 1,000 pesos en cada jornada, reportó el portal de noticias en un video publicado recientemente en Facebook.
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Durán contó que, entre todas las personas que crían puercos para poder tener algo de comida en la mesa, le sobran los clientes que quieran comprar el sancocho que recoge.
Puntualizó que en los municipios de San Miguel del Padrón y El Cotorro es donde más le compran los desechos de comida que recoge.
El señor explicó que realiza este trabajo para mantener a su esposa y dos hijos, y señaló que gana alrededor de 30,000 pesos al mes.
Desde los 18 años, y por una década, trabajó para el gobierno, primero en la reparación de viales y luego como jardinero en la Universidad de La Habana.
Según explicó al portal de noticias, dejó de laborar en entidades del gobierno porque “la cosa se puso mala y no daba la cuenta, subieron los precios y el salario no daba”.
La actual crisis económica, sumada a las recientes medidas del régimen relacionadas con el ordenamiento monetario, no solo ha dejado desamparados a los ancianos en Cuba, sino que los ha llevado a trabajar en condiciones adversas como único medio de subsistencia.
Ese es el caso de Raúl Pupo Bermejo, de 71 años y con dos hernias inguinales, que camina más de cinco kilómetros todos los días empujando su carretilla con frutas y verduras por las calles de Holguín.
Debía estar en su casa descansando, pero su pensión era de 1,700 pesos mensuales, y eso no le alcanzaba "ni para croquetas", dijo al portal independiente CubaNet.
En medio de ese panorama, algunas personas han creado iniciativas para proteger a los ancianos desamparados por el régimen.
Un ejemplo lo lleva adelante Yankiel Fernández, coordinador del Proyecto Humanitario Aliento de Vida, quien pidió en su perfil de Facebook una ayuda económica con la que comprar víveres para seguir dando almuerzo a los 28 ancianos que atienden.
La iniciativa cubana privada que entrega alimentos a ancianos sin recursos se vio en la necesidad de pedir donaciones para poder mantener su comedor, en medio de la terrible crisis que atraviesa el país.
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