A pesar de la negativa de las autoridades del Partido y el Gobierno en Santiago de Cuba, la población de ese territorio manifestó en un programa de televisión su queja por la sensación de sabor a arena que tiene el pan que reciben por la libreta de racionamiento.
Durante un programa transmitido por el canal oficialista local TV Santiago, el gobernador de la oriental provincia Manuel Falcón Hernández justificó el criterio de la población con el tipo de harina que ha llegado a esa provincia.
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“En algunos lugares está más acentuado que en otros, a partir de las propias alternativas que usan los panaderos para elaborar el pan”, dijo Falcón Hernández en el programa donde también se encontraba la primera secretaria del Partido Comunista Beatriz Johnson.
El directivo aseguró a los televidentes que ese pan “no tiene ningún problema”, expresando que ha sido evaluado por una comisión.
“Esta es la segunda vez que llega esa harina, que viene del exterior y tiene esas características”, especificó.
Recalcó que el producto no tiene riesgos para el consumo humano, sin embargo, las quejas de la población también se preocupan por el sabor, una cuestión que el gobernador santiaguero no trató.
El sabor arenoso que perciben los cubanos en el pan que el gobierno les vende de manera racionada, llevó a finales de mayo pasado a que un lector se presentara en la redacción del Periódico 26 en Las Tunas para exponer esta situación.
La situación ha generado un malestar notable entre los habitantes de la provincia, quienes han manifestado su indignación ante lo que consideran una falta de respeto por parte del gobierno.
La respuesta oficial llegó de los directivos de la Industria Alimentaria en el territorio, quienes explicaron que el problema radica en un cargamento de trigo procedente de Rusia que arribó a puerto santiaguero este mes de mayo.
Según las autoridades, dicho trigo presentaba un elevado nivel de impurezas que, debido a las limitaciones tecnológicas de la industria cubana, resulta difícil eliminar completamente.
En Guantánamo también las autoridades negaron que el pan contuviese arena, tras las numerosas quejas de la población por la mala calidad de este alimento.
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