Trump promete reducir a la mitad los recibos de energía en Estados Unidos

El expresidente habló en Carolina del Norte de su plan económico si regresa a la Casa Blanca, y prometió atajar la inflación y hacer crecer la economía nacional.

Donald Trump © Flickr/Gage Skidmore
Donald Trump Foto © Flickr/Gage Skidmore

El candidato republicano Donald Trump, en un acto de campaña realizado este miércoles en Asheville, Carolina del Norte, prometió reducir a la mitad las facturas de energía en Estados Unidos si gana las elecciones de noviembre próximo.

El expresidente de EE.UU. (2017-2021) habló de su plan económico en caso de regresar a la Casa Blanca, y también prometió atajar la inflación y hacer crecer la economía nacional, apuntó un despacho de EFE.

Uno de los pilares de su propuesta es el sector energético, donde apuesta por los recursos fósiles, asegurando que esto permitirá “reducir al menos a la mitad los precios de la electricidad”. Además, criticó la amenaza de la actual vicepresidenta Kamala Harris de prohibir el fracking, refiriéndose a la técnica de fracturación hidráulica utilizada para extraer gas o petróleo.

Trump arremetió contra la gestión económica del presidente Joe Biden afirmando que las políticas de la actual administración han provocado un aumento generalizado en los precios.

Desde un escenario decorado con banderas estadounidenses y con mensajes como "No a los impuestos sobre las propinas" y "No a los impuestos a la Seguridad Social" visibles en el fondo, el candidato republicano

Aunque su discurso se enfocó en presentar sus propuestas económicas, no pudo evitar lanzar ataques a su oponente, la demócrata y vicepresidenta Kamala Harris, quien también es su principal rival en las próximas elecciones, informó EFE.

“Sus finanzas no se recuperarán después de cuatro años con Harris”, alertó Trump, también advirtió sobre la posibilidad de un colapso económico similar al de 1929 y destacó las graves consecuencias de la inflación en la economía nacional, subrayando que las familias estadounidenses están “pagando el costo de una economía socialista desastrosa”.

En contraste, prometió que, de ganar las elecciones, impulsará un “boom económico” que reducirá rápidamente los precios, haciendo que Estados Unidos “vuelva a ser asequible”, en línea con su lema de campaña "Hacer grande a EE.UU. otra vez".

Trump aprovechó la oportunidad para reiterar sus acusaciones contra el equipo de Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, de apropiarse de ideas, como la propuesta de eliminar los impuestos federales sobre las propinas en los sectores de hostelería y servicios, señaló la agencia citada.

En Carolina del Norte, un estado crucial para las elecciones, el republicano centró su discurso en temas como la inmigración irregular y lo que llamó “crimen migratorio”, atribuyendo a la política de “fronteras abiertas” de la administración actual la llegada de narcotraficantes y asesinos a Estados Unidos.

Otra vez prometió la mayor deportación masiva en la historia del país desde el inicio de su posible segundo mandato, mientras criticó al gobernador Tim Walz, a quien llamó “payaso”.

A pesar de su tono combativo, Trump también evocó una nota nostálgica al recordar que, cuando dejó la Casa Blanca, no había inflación y se había implementado el mayor recorte de impuestos de la historia, justo cuando el Departamento de Trabajo anunció recientemente que la inflación interanual alcanzó en julio su nivel más bajo en tres años.

De caras a las elecciones en noviembre próximo, Florida se ha consolidado como un bastión conservador, al contar con un millón más de votantes registrados como republicanos que como demócratas.

Según datos revelados por los supervisores de elecciones del estado, actualmente hay 5,3 millones de votantes activos afiliados al Partido Republicano, en comparación con los 4,3 millones registrados como demócratas.

Además, alrededor de 3,9 millones de votantes no se identifican con ningún partido político o están afiliados a partidos minoritarios.

Donald Trump y Kamala Harris, candidatos a la presidencia de Estados Unidos, ya aceptaron la fecha de su primer debate: el 10 de septiembre, informó la cadena ABC.

La invitación fue hecha por ABC News y confirmada por el republicano durante una conferencia de prensa en su Club Mar-a-Lago.

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