El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, nombró este miércoles al senador Marco Rubio como secretario de Estado, convirtiéndolo en el latino con el cargo de mayor relevancia en la historia del gobierno estadounidense.
A través de un comunicado difundido por las redes sociales, Trump apuntó que es “un gran honor para mí anunciar que el Senador Marco Rubio, de Florida, ha sido nominado para ser el Secretario de Estado de los Estados Unidos".
Trump describió a Rubio como “un líder altamente respetado y una voz muy poderosa por la libertad”.
Añadió que el senador de Florida “será un fuerte defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero intrépido que nunca retrocederá ante nuestros adversarios.”
"Espero con interés trabajar con Marco para hacer que América, y el mundo, sean seguros y grandiosos de nuevo", recalcó.
En los últimos años, el senador estadounidense Marco Rubio se ha posicionado como uno de los críticos más vocales del régimen cubano, al que ha señalado en reiteradas ocasiones como una amenaza directa para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Rubio, que proviene de una familia de inmigrantes cubanos, ha abogado en múltiples ocasiones por un cambio de régimen en Cuba y ha advertido sobre los riesgos que este representa tanto para el pueblo cubano como para la estabilidad regional.
Antes del nombramiento oficial, varios congresistas de origen cubano en Estados Unidos, que consideran a Rubio un aliado clave en la lucha contra los regímenes autoritarios en América Latina, respaldaron con entusiasmo la decisión de Trump.
Antes del nombramiento de Marco Rubio como Secretario de Estado, Trump ya había comenzado a anunciar los nombres de quienes formarán parte de su administración, que iniciará el 20 de enero de 2025.
En estos nombramientos se destaca su intención de reforzar el proyecto MAGA (“Make America Great Again”), uno de los pilares de su visión política.
Entre las figuras anunciadas sobresale la designación de Susie Wiles, su directora de campaña, quien hará historia al convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo de jefa de gabinete de la Casa Blanca.
Trump también había anunciado que Tom Homan, de 62 años y conocido por sus firmes posturas en materia de inmigración, sería el nuevo “zar de la frontera”.
Además, Trump designó a Stephen Miller como subdirector de política de la Casa Blanca, además de nombrar a Lee Zeldin al frente de la Agencia de Protección Ambiental y a Elise Stefanik como embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
El congresista republicano y boina verde retirado Mike Waltz ha sido seleccionado como asesor de seguridad nacional, destacándose por su postura crítica hacia China; mientras tanto, para el cargo de secretaria de Seguridad Nacional, se anuncia a Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, en lo que formaría un importante triángulo en materia de migración.
El comunicado, difundido este miércoles por las redes sociales, incluyó una biografía del Senador Marco Rubio, que reproducimos a continuación.
Marco Rubio nació en 1971 en Miami, Florida, como hijo de dos inmigrantes cubanos que perseguían el Sueño Americano. Su padre trabajó como camarero de banquetes, mientras que su madre se dedicó al hogar y fue empleada de hotel. Desde una edad temprana, Rubio aprendió la importancia de la fe, la familia, la comunidad y el trabajo digno como camino hacia una buena vida.
Rubio se sintió atraído por el servicio público en gran parte por las conversaciones con su abuelo, quien vio su hogar en la isla destruido por el comunismo. Después de conocer a su esposa Jeanette—y obtener títulos de la Universidad de Florida y la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami—Rubio sirvió como comisionado de la ciudad en West Miami y Presidente de la Cámara de Representantes de Florida. En 2010, ganó un escaño en el Senado de los EE. UU.
Durante su primer mandato, el Senador Rubio experimentó el estancamiento de Washington. Los esfuerzos de reforma enfrentaron una dura resistencia debido al extremismo partidista y a un establecimiento elitista arraigado, del cual ambos se beneficiaban del statu quo. El Senador Rubio también fue testigo de primera mano de las comunidades que el establecimiento había dejado atrás: pueblos y ciudades devastados por la pérdida de trabajos dignos y corroídos por una cultura que había olvidado la necesidad de fe, familia y comunidad.
Pero esas experiencias no desanimaron al Senador Rubio—solo fortalecieron su determinación de revivir el Sueño Americano para los estadounidenses trabajadores. Ahora, en su tercer mandato, continúa promulgando políticas de sentido común que crean buenos empleos, fortalecen comunidades y protegen a los estadounidenses del Partido Comunista Chino.
Además de brindar un servicio al constituyente galardonado, el Senador Rubio ha promulgado cientos de nuevas leyes, incluidas algunas que son verdaderamente transformadoras. Lideró el esfuerzo para reformar el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. y proporcionar beneficios de salud a los veteranos que sufrían de exposición tóxica por quemaduras. Dobló el crédito fiscal federal por hijos para las familias trabajadoras. Ayudó a mantener a millones de pequeñas empresas a flote durante los confinamientos pandémicos, a través del histórico Programa de Protección de Cheques de Pago. Y aseguró fondos generosos para los esfuerzos de restauración de los Everglades.
El Senador Rubio también redactó y aprobó la Ley de Prevención de Trabajo Forzado Uigur, que representa el mayor punto de inflexión en las relaciones entre EE. UU. y China en décadas. Por estos logros y más, el Centro para la Legislación Efectiva clasifica consistentemente a Rubio entre los tres senadores más efectivos en el Congreso.
Luchar contra el estancamiento partidista y la complacencia de la élite nunca es fácil, pero el Senador Rubio se siente honrado de servir a su país y al pueblo de Florida. Todos los días, se despierta sabiendo que tiene la misión de luchar por ti y tu familia para perseguir el Sueño Americano. No dejará la política estadounidense hasta que una vez más se centre en el sentido común y el bien común.
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