Naciones Unidas presentará en el mes de septiembre una contundente condena contra el trabajo forzoso al que son sometidos los presos políticos en Cuba, tal como se expone en su reciente estudio sobre Formas Contemporáneas de Esclavitud.
Este pronunciamiento ha sido respaldado por la ONG Prisoners Defenders, cuyo informe detallado sobre la situación en las cárceles cubanas ha sido adoptado por Tomoya Obokata, el relator especial de la ONU.
El documento expone con preocupación la existencia de leyes y reglamentos en Cuba que permiten el trabajo obligatorio como represalia por expresar opiniones políticas o participar en huelgas.
En tal sentido, Naciones Unidas señala que esta práctica constituye una grave violación de los derechos humanos y ha instado al gobierno cubano a revisar sus políticas represivas.
El informe de Prisoners Defenders, que ha servido de base para la condena de la ONU, ofrece un retrato escalofriante de las condiciones en las que se encuentran los presos políticos en la isla.
Según el texto, la producción de carbón vegetal de Marabú y el corte de caña durante la zafra azucarera son dos de las labores más comunes y extenuantes a las que se ven forzados estos prisioneros.
Estos trabajos, que en muchos casos son realizados sin el equipo adecuado, exponen a los internos a condiciones inhumanas y peligrosas.
Un testimonio particularmente impactante es el de Walnier Luis Aguilar Rivera, cuyo padre describió cómo los prisioneros son obligados a cortar troncos de marabú con las manos desnudas, sin herramientas apropiadas, lo que les causa graves heridas y ampollas.
"Están trabajando como esclavos", denunció al subrayar la brutalidad a la que son sometidos los presos políticos, de acuerdo con la agencia EFE.
Las condiciones son igualmente deplorables para aquellos que conforman las brigadas de corte de caña, quienes, según se informa, carecen de guantes, botas y herramientas adecuadas.
Este equipo insuficiente no solo dificulta la tarea, sino que también incrementa el riesgo de lesiones, evidenciando el desprecio por la vida y la dignidad de estos trabajadores.
Como lo ratifica en la red social X, Prisoners Defenders también ha alertado sobre la implicación de menores de edad en estas labores forzosas, con jornadas que superan las nueve horas diarias, una alimentación insuficiente y la ausencia de chequeos médicos.
Además, la organización ha denunciado que el carbón producido bajo estas condiciones en Cuba se comercializa en Europa, lo que convierte a los consumidores en cómplices involuntarios de estas prácticas inhumanas.
Se espera que el informe del relator especial de la ONU contribuya a aumentar la presión internacional sobre el gobierno cubano para que ponga fin a estas violaciones de derechos humanos, y para que se tomen medidas concretas que impidan la exportación de productos obtenidos mediante trabajo forzoso.
En el tercer aniversario de las históricas protestas del 11 de Julio, el régimen totalizó 1,731 presos políticos desde dicha fecha y la miseria, la represión, el miedo de sus ciudadanos, la persecución de la prensa, la huida del país de miles de ciudadanos cada mes y el dolor de las familias y los presos.
Según Prisoners Defenders, la cifra actual era de 1,119 en el pasado mes de julio, incluyendo a 30 menores de edad (una fémina entre esos), 119 mujeres (cuenta incluyendo menores y dos de género trans) y 324 con patologías médicas graves.
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