La judoca cubana Dayle Ojeda ofreció detalles de su fuga de la delegación cubana que asistió a las Olimpiadas de Paris, horas antes de la inauguración.
Dayle, quien se encuentra en Valencia, España, reveló al diario El Mundo que había pensado en abandonar varias veces, ya que en Cuba no tenía opciones de competir y había muchas dificultades para entrenar.
"Del 6 de mayo al 26 de julio de este año estuve en París ayudando a las judocas de mi país clasificadas para los Juegos Olímpicos y el día de la inauguración, cuando llegué al aeropuerto para regresar a La Habana, me separé del grupo", contó.
"Estaba nerviosa, miraba atrás por si me seguían, no sabía qué pasaría. Por suerte unas amistades me recogieron en el aeropuerto. Después cogí un autobús hasta Barcelona, me quedé allí unos días con una amiga y luego llegué a Valencia, donde me esperaba Ayumi", precisó. Se refiere a su colega Ayumi Leiva, quien dejó el equipo cubano en 2021 y ahora vive en Valencia, donde entrena con vistas a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Ojeda compite en la categoría de más de 78 kilos, la misma que la emblemática Idalys Ortiz, cuatro veces medallista olímpica, una coincidencia que la perjudicó.
"A los Juegos Olímpicos viajan más, pero al resto de competiciones solo van las primeras figuras de Cuba, apenas tres o cuatro judocas. No había recursos para nada, no había manera de desarrollar una carrera deportiva y no tenía medios para vivir. Recibía un salario mínimo que no alcanzaba para las cosas fundamentales y me tenían que ayudar mis padres. Solo había dos caminos: o salir de Cuba o dejar el deporte", afirmó.
A pesar de las limitaciones en los entrenamientos, la judoca de 31 años fue medallista de plata en dos ediciones del Abierto Panamericano de Varadero, ganó un Campeonato Nacional, quedó en cuarto lugar en el Campeonato Panamericano de 2017 y compitió en los Grand Slam de París y Dusseldorf.
Gracias a la ayuda de su compatriota Ayumi, ahora entrena en el Centro Especializado de Alto Rendimiento (CEAR) de Benimaclet, donde ha podido constatar el alto nivel del judo español, que "no tiene ni punto de comparación con la de Cuba".
"Solo llevo aquí dos meses, pero noto que he mejorado más que nunca en mi vida", señaló.
Dayle dejó en Cuba a su mamá y aunque habla todos los días con ella, su hermana y sus sobrinos, "no es lo mismo que verlos en persona".
Hasta el momento no ha podido regularizar su situación, el proceso de nacionalización no es fácil, pero los resultados deportivos podrían ayudarla. Por eso se prepara para competir en el Campeonato de España en diciembre, aprovechando que la selección no tiene atletas olímpicos o mundialistas en su peso. La Federación Valenciana de Judo le ofreció una plaza en su residencia y la ayuda económicamente.
"Ahora mismo mi motivación es trabajar al máximo para estar preparada cuando llegue mi momento. Me encantaría poder ir a los próximos Juegos Olímpicos y devolver a España toda la ayuda que me está dando", concluyó.
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