Durante la visita de Miguel Díaz-Canel a Batabanó, un municipio costero de la provincia de Mayabeque, se evidenció un fuerte despliegue de seguridad que marcó la interacción del mandatario con la población local.
En las imágenes compartidas en redes sociales, se observa a Díaz-Canel conversando brevemente con dirigentes locales, saludando de manera apresurada a algunos habitantes y abordando con rapidez el vehículo que lo transportaba, sin permitir una interacción prolongada con los ciudadanos.
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El usuario Alberto Ramos comentó en Facebook sobre la visita del gobernante: "La muestra del montaje", al publicar un video que evidenciaba la puesta en escena del encuentro.
Según Ramos, para simular una cálida recepción, se transportó un camión con 30 “clarias” (término coloquial para referirse a personas vinculadas al oficialismo o movilizadas por el gobierno para simular apoyo popular en eventos públicos) desde otro municipio, con la intención de aparentar un escenario de abundancia.
Además, denunció que las medidas de seguridad impidieron que la población pudiera acercarse libremente al mandatario, limitando cualquier contacto espontáneo.
Este tipo de visitas se enmarcan en una narrativa oficial que busca proyectar cercanía del gobierno con el pueblo, mientras que en la práctica se observa un control riguroso de la imagen pública del gobernante, minimizando cualquier oportunidad para la expresión genuina de los ciudadanos, como sucedió este miércoles en Guantánamo.
Durante la visita que realizara a San Antonio del Sur, Díaz-Canel se vio confrontado por varios habitantes que le reclamaron la falta de atención a las necesidades básicas en medio de una crisis humanitaria, agravada con el paso de la tormenta tropical Oscar en días recientes.
Un hombre, a cargo de 29 niños en una escuela especial, denunció que el gobierno los llevó a ese local y los abandonó, justo antes de que Oscar tocara tierra el pasado 20 de octubre.
La declaración se produjo en el contexto de las severas inundaciones provocadas por el ciclón, las cuales dejaron saldo preliminar de siete muertos en ese municipio guantanamero.
También una madre cubana confrontó al mandatario, denunciando que su familia llevaba días sin agua y alimentos. La mujer, visiblemente desesperada, expresó su frustración ante la falta de ayuda tras el impacto del huracán Oscar.
Estos incidentes se suman a las críticas por la gestión del gobierno frente a la crisis que ha dejado a muchos cubanos en situaciones extremas de vulnerabilidad. La indignación ciudadana parece estar en aumento, reflejando una creciente brecha entre las promesas del gobierno y la realidad vivida por los ciudadanos en su día a día.
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