El régimen cubano adquirió nuevos equipos de bombeo en España para paliar la crítica situación de infraestructuras de abasto de agua, a pesar de achacar al embargo estadounidense los problemas en la red de distribución.
Un reportaje del Noticiero de la Televisión Cubana (NTV) celebró la llegada al país de un cargamento con 21 nuevas bombas de acueducto que beneficiarán a cerca de 2,3 millones de personas afectadas por roturas de equipos con años de explotación.
Aunque el reportaje no mencionó la procedencia de los equipos importados, las cámaras del NTV captaron las etiquetas pegadas a las cajas de madera que protegían la carga, permitiendo apreciar que las bombas provenían de puertos de España.
El puerto de origen de la carga fue el de Bilbao, el comprador Cubahidraulica, una empresa importadora-exportadora, perteneciente al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), ubicada en el habanero reparto de Miramar, donde se concentran la mayoría de las empresas mixtas, navieras, importadoras y entidades que manejan de manera opaca los flujos de divisas de las empresas estatales y sociedades anónimas creadas por el régimen.
La empresa que vendió los equipos a Cubahidraulica fue KSB ITUR Spain S.A., con sede en el País Vasco, que envió la carga al Puerto del Mariel.
Acorde al medio oficialista, la “iniciativa forma parte de un programa del gobierno para mejorar el abasto de agua a la población” y consiste en la compra de “21 nuevos equipos de bombeo horizontales”, que se suman a los 1,304 oque ya han arribado al país, de un total de 1,387 equipos.
El reportaje no detalló el coste total de la inversión. Alexis Acosta Cruz, vicepresidente de la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) de Agua y Saneamiento, señaló que “estas bombas son parte de un programa de reposición de equipos de bombeo y equipos de desinfección que lleva el grupo con financiamiento central del país”.
O sea, que el régimen cubano, a través de su entramado empresarial, es capaz de importar equipos y maquinarias que necesita para mejorar las condiciones de vida de los cubanos, a pesar de que, ante las innumerables dificultades y carencias de los servicios públicos, siempre esgrime el “bloqueo” como razón que justifica sus fracasos e ineficiencias.
En enero de 2020, la viceprimera ministra de Cuba, Inés María Chapman Waugh, afirmó que el embargo de Estados Unidos dificultaba la distribución de agua en la Isla e imposibilitaba lograr un servicio eficiente.
En su cuenta de X, la ex presidenta del INRH, dijo que “se analizan los problemas con profundidad crítica, aplicar la inteligencia colectiva y la innovación para enfrentar el bloqueo del gobierno norteamericano y lograr un servicio eficiente.”
En noviembre de 2023, el director de Operaciones de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Ciego de Ávila, Deynis González García, justificó con el “bloqueo” las frecuentes afectaciones a los ciclos de suministro de agua en la provincia y la insuficiente capacidad para hacerla llegar a los hogares.
“Las limitaciones impuestas por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos a Cuba han impedido la adquisición de cuatro equipos de bombeo aprobados por crédito y se desconoce la fecha exacta en que podrán contar con ellos”, indicó el funcionario en un reporte del diario oficialista Invasor.
Justificaciones como estas abundan en el discurso de los dirigentes del régimen cubano, que emplean sin descanso el comodín del “bloqueo” para eludir sus responsabilidades en la mala gestión que impacta en la vida de los cubanos, desde el colapso del sistema eléctrico, la crisis de la industria nacional y el hundimiento de los servicios públicos, como la sanidad, la educación, el transporte o el abastecimiento de agua.
KSB SE & Co. KGaA es un fabricante multinacional alemán de bombas y válvulas con sede en Frankenthal (Pfalz), Alemania. El Grupo KSB tiene plantas de fabricación, organizaciones de ventas y marketing y operaciones de servicio en todos los continentes, excepto la Antártida.
Según el argumentario del régimen, empresas internacionales como el Grupo KSB se niegan constantemente a hacer negocios con Cuba, presionadas por las consecuencias que ello puede acarrear en sus negocios con Estados Unidos, a la luz de las sanciones contempladas en su legislación para empresas que comercien con el régimen cubano.
¿Adónde fueron a parar los 102 millones 300 mil dólares donados por Kuwait?
La precariedad de la infraestructura hidráulica en Cuba induce hoy a cuestionar, sin reparos, ¿adónde fueron a parar los 102 millones 300 mil dólares facilitados al Estado Cubano por el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Árabe (Kfaed)?
La pregunta es la misma que se hacen muchos cubanos intrigados por saber qué hizo el régimen con los 1,200 millones de euros concedido por Rusia para construir termoeléctricas.
Según reseñó la agencia oficialista ACN a finales de mayo, los vínculos de la isla con el fondo kuwaití datan de hace más de dos décadas (desde el 2003) y –en ese lapso de tiempo– la cooperación otorgó cinco créditos para la ejecución de obras de rehabilitación de redes de acueducto, alcantarillado, drenaje pluvial, entre varias.
Del monto entregado al INRH, hasta la fecha, se ejecutó un 84,7 por ciento, lo cual "benefició" a un millón 454 mil habitantes de las provincias de Santiago de Cuba, Holguín y La Habana.
Sin embargo, datos publicados recientemente confirman que miles de personas no cuentan con servicio de abasto de agua diariamente, en gran medida por los apagones, pero entre las causas figuran también la sequía, la falta de red de distribución, las roturas y la corrupción, entre otras.
Aunque las autoridades del régimen aluden al amplio programa inversionista que desarrolla para garantizar el abasto de agua a la población, en la actualidad resulta una problemática persistente la obsolescencia de la infraestructura, con equipos añejos que se rompen de forma cotidiana y provocan interrupciones en los ciclos de suministro, lo que, a la vez, incrementa el descontento de la población.
Unas 700,000 personas en Cuba no reciben agua diariamente debido a los cortes eléctricos, ya que el sector hidráulico es el segundo mayor consumidor de energía eléctrica después de la demanda de la población, según Granma.
Datos registrados el pasado año apuntan que alrededor de dos millones de personas reciben el servicio cada tres días o más, y existen 478 asentamientos poblacionales que carecen de redes de acueducto de manera total o parcial. Todo ello afecta directamente la calidad de vida y la salud, en tanto obliga a depender de sistemas alternativos para conseguir el preciado líquido.
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