La organización Cubalex denunció la reciente detención arbitraria de los hermanos Dional y Daniel Barrios Figueredo en Bayamo, provincia de Granma, quienes participaron en protestas por los cortes de electricidad prolongados que afectan a los cubanos.
Estas manifestaciones forman parte de una ola de protestas que han surgido principalmente en las provincias orientales y centrales de Cuba, en un contexto de profunda crisis energética y malestar social, que también ha sacudido a la capital, donde los cacerolazos y las manifestaciones en las calles constituyen señales del hartazgo de una ciudadanía a punto de estallar.
La detención de Dional Barrios se produjo el jueves 7 de noviembre, cuando fue arrestado en una estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Bayamo, acusado de "alteración del orden".
Su hermano Daniel fue detenido el día anterior, 6 de noviembre, luego de asistir como espectador a una manifestación en una de las zonas de la ciudad donde los cortes eléctricos han sido más constantes.
Según denunció en redes sociales Yailet Barrios, hija de Dional, la familia no ha podido visitar a los detenidos y solo ha recibido permiso para enviarles algunas pertenencias a través del personal de la unidad policial, sin detalles adicionales sobre su situación legal.
Contexto de un país en protesta por apagones
Las detenciones de los hermanos Barrios Figueredo no son casos aislados en Cuba, donde desde hace meses se han registrado protestas espontáneas en diversos municipios a lo largo de la isla.
En octubre, las provincias orientales y centrales experimentaron un incremento de los cortes de electricidad, con afectaciones que llegaron a durar hasta 12 horas diarias. Este escenario provocó el descontento de los cubanos, que ven cómo su vida cotidiana se ve gravemente afectada, sin posibilidad de conservar alimentos, sin agua corriente en muchos casos y con dificultades para realizar actividades esenciales.
Entre las protestas más destacadas se encuentra la de Encrucijada, en la provincia de Villa Clara, donde a finales de octubre un grupo de vecinos salió a las calles para protestar pacíficamente tras varias noches consecutivas de apagones.
Armados con cacerolas y linternas, los residentes de Encrucijada exigieron a las autoridades que restablecieran el servicio eléctrico y mejoraran la situación en la región. Esta manifestación fue contenida rápidamente por las fuerzas de la policía, que detuvieron a varias personas, aplicaron multas y reforzaron el control en la zona en los días siguientes para evitar nuevas concentraciones.
En Manicaragua, también en Villa Clara, otro grupo de ciudadanos se manifestó con cacerolas y gritos de "¡Queremos luz!" luego de sufrir apagones de más de 10 horas consecutivas. Estas protestas fueron acompañadas de cortes temporales de internet en la localidad, una estrategia utilizada por las autoridades para impedir que las manifestaciones se divulguen en redes sociales y que la situación adquiera visibilidad nacional e internacional.
A pesar de estas restricciones, varios videos y fotografías de la protesta en Manicaragua lograron circular en redes sociales, mostrando el nivel de descontento de los habitantes ante la falta de respuesta del gobierno, que solo actúa para reprimir.
Respuesta del régimen ante las protestas
Las reacciones del gobierno cubano ante las protestas por los apagones han incluido, en muchos casos, detenciones arbitrarias, brutalidad policial, multas y amenazas a quienes participan en estas manifestaciones.
Según testimonios recogidos por organizaciones de derechos humanos como Cubalex, el régimen ha desplegado agentes de la Seguridad del Estado y de la PNR en zonas con antecedentes de protestas, lo que disuade a muchos cubanos de manifestarse.
Además, las autoridades recurren regularmente a cortar el acceso a internet en áreas de protesta activa, dificultando la comunicación entre los manifestantes y evitando que las imágenes de las protestas lleguen a las redes sociales.
En medio de este panorama, la Fiscalía General de la República emitió recientemente un comunicado advirtiendo que procederá a detener y procesar a quienes participen en manifestaciones consideradas "desestabilizadoras".
El anuncio se produjo en respuesta a las protestas espontáneas en varias provincias, donde los cubanos salieron a las calles para expresar su frustración por la crisis energética. La Fiscalía reiteró que se aplicarán sanciones penales bajo cargos de "desorden público" y "alteración del orden", en un intento de disuadir las manifestaciones.
Esta postura ha sido catalogada por organizaciones de derechos humanos como una escalada en la represión estatal, dirigida a silenciar a quienes buscan soluciones ante el deterioro de las condiciones de vida en la isla.
Este contexto represivo se hace aún más evidente en el caso de los hermanos Barrios Figueredo, quienes ya tienen un historial de conflictos con las autoridades. Cubalex ha señalado que ambos son tíos de Maikol Fabián Figueredo Carbonel, un joven que participó en las protestas del 11 de julio de 2021 (conocidas como 11J) cuando era menor de edad.
Aunque fue liberado en un primer momento, la Seguridad del Estado supuestamente le fabricó un delito común, lo cual lo mantiene actualmente en prisión. Este antecedente familiar alimenta el temor entre los allegados de los hermanos de que el régimen intente tomar represalias más severas en su contra.
La situación energética y la falta de respuestas efectivas han exacerbado el descontento social en Cuba, donde el desabastecimiento y las dificultades para el acceso a productos básicos como alimentos y medicinas ya son una constante. Las protestas por los apagones se suman al creciente malestar de la población, que enfrenta una economía en deterioro y restricciones constantes en sus libertades.
Una ciudad con tradición de protestas
En los últimos meses, Bayamo se ha convertido en uno de los focos principales de protestas en Cuba, donde la población ha salido repetidamente a las calles para manifestarse en contra de la crisis energética y las condiciones de vida en la isla.
El 17 de marzo, una protesta en esta ciudad marcó un hito, con decenas de personas concentradas en el parque central para expresar su rechazo no solo a los apagones, sino también a la falta de derechos civiles y a la gestión gubernamental en general.
Esta manifestación, que incluyó gritos de "¡Abajo la dictadura!" y consignas exigiendo libertad, fue recibida con un despliegue significativo de agentes de la Seguridad del Estado, quienes detuvieron a varios manifestantes, incluyendo a figuras conocidas por su activismo en redes sociales.
A pesar de las amenazas y la vigilancia estatal, la creciente cantidad de ciudadanos que se suman a las protestas en Bayamo y otras ciudades muestra un profundo cansancio social y un deseo de cambio que trasciende los cortes de electricidad, abordando problemas estructurales y demandas de mayores libertades.
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