Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver y esto se aplica a la perfección al periodista oficialista Pedro Jorge Velázquez, conocido como "El Necio", tan fervoroso en sus convicciones, parece haber elegido la ceguera voluntaria como su principal arma, ya que se niega a admitir, o simplemente no quiere ver, que Sandro Castro no es un caso aislado ni una anomalía en el entramado de poder "revolucionario". Al contrario, es el ejemplo perfecto de cómo los dirigentes de la revolución, y sus familias, han vivido desde el principio: disfrutando de los lujos que condenan y criticando el estilo de vida que ellos mismos practican.
Los valores reales, de doble moral y desprecio al pueblo, de Fidel Castro viven hoy más que nunca en su familia y los dirigentes del régimen.
Desde los días en que las mansiones de la burguesía fueron tomadas por los "líderes del pueblo", como el Che, ideal de revolucionario para "El Necio", que se mudo en 1959 a una mansión expropiada en Tarará, hasta las fiestas y vacaciones en yates y jets privados en fechas recientes, los dirigentes del régimen han demostrado ser maestros del doble estándar. Mientras "El Necio" construye su choza con el sudor de su frente, los Castro y compañía viven una vida fuera del alcance de la inmensa mayoria de los cubanos.
Una cosa tiene clara, los que critican a Sandro no critican el capitalismo, ni les molesta que haya burgueses y ricos en Miami. Lo que molesta es que quienes llevaron a la miseria al pueblo de Cuba, para crear la revolución "de los humildes y para los humildes", hoy vivan como los ricos a los que despojaron de sus negocios y propiedades, mientras que "los pobres" viven hoy peor que nunca.
El caso de Sandro Castro es quizás el más llamativo, con su Mercedes y su bar EFE, pero los demás tienen vidas igualmente acomodadas, de ricos. Mariela Castro, hija de Raúl y sobrina de Fidel, es famosa por sus festines y estilo de vida. Renta una mansión en Miramar, al igual que su hija Vilma (Casa Vida Luxury Holidays), quien además es dueña de una Mipyme en La Habana. Antonio Castro, hijo de Fidel, pasa vacaciones lujosas en las islas griegas. Los hijos de Manuel Marrero viajan en jets privados, y el hijastro de Díaz-Canel se dedica a las compras y al romance por Madrid, al mas puro estilo de Hollywood. Para no hablar de nuestra "primera dama" Lis Cuesta y sus festivames de turismo gourmet. Estos son solo algunos ejemplos de la vida que llevan los líderes del régimen y sus familiares.
Lo que "El Necio" llama "burguesía vanidosa" es, de hecho, la norma en los círculos del poder cubano. Este no es un caso de "manzanas podridas". La élite del regimen ha demostrado, una y otra vez, que su discurso es solo para las masas, mientras ellos disfrutan de todo lo que critican. Sandro Castro, con su apellido, es el más visible de una larga lista de beneficiados del régimen, pero no el único. Los valores reales, de doble moral y desprecio al pueblo, de Fidel Castro viven hoy más que nunca en su familia y los dirigentes del régimen.
"El Necio" debería despertar, porque su ceguera solo beneficia a aquellos que lo desprecian en secreto. Mientras glorifica un sistema que le da la espalda, sus dirigentes viven como reyes. mientras se ríen de su lealtad, se aprovechan de su fe ciega y le dan migajas envueltas en un discurso de falsa revolución.
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