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El primer nacimiento de 2025 en el municipio de Baracoa, Guantánamo, pudo haber sido un hermoso reportaje que destacara la vida y esperanza en un nuevo año.
Sin embargo, el tratamiento mediático del evento por parte de la emisora Radio Baracoa generó críticas al exponer imágenes de varias mujeres en pleno trabajo de parto y posparto, junto a su recién nacido, sin garantizar las condiciones éticas ni de privacidad necesarias.
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La periodista y activista feminista Marta María Ramírez denunció este hecho a través de su perfil de Facebook, señalando que Radio Baracoa incurrió en violencia obstétrica simbólica al justificar la exposición pública de la mujer y su bebé con el argumento del “consentimiento”.
Según Ramírez, en contextos de asimetría de poder, como los que enfrentan las mujeres durante el parto, el consentimiento real no puede considerarse válido debido a la vulnerabilidad física y emocional de la madre y su dependencia del personal médico y las circunstancias del momento.
Además, enfatizó que la asimetría de poder es un factor crucial en este tipo de situaciones, donde la capacidad de la mujer para tomar decisiones libres y conscientes está severamente comprometida.
“Las mujeres en trabajo de parto están en un estado de vulnerabilidad que limita su capacidad para procesar información o resistir presiones externas, ya sea del personal médico o de periodistas presentes en el lugar”, explicó en su publicación.
El caso de Radio Baracoa pone en evidencia la falta de protocolos éticos para la cobertura mediática de eventos en contextos médicos.
Las imágenes difundidas por la emisora muestran a la mujer en un momento íntimo y vulnerable, sin que se garantice su dignidad ni privacidad.
Además, en las fotografías no se observa la presencia de un acompañante, una figura que debería estar presente según las normativas internacionales de salud, reforzando la idea de una violencia obstétrica sistemática en las salas de parto de la isla, subrayó la feminista.
La activista también llamó la atención sobre el impacto psicológico que estas prácticas pueden tener en las mujeres, que al ser expuesta públicamente en un momento tan íntimo puede causar humillación, vergüenza y estrés, especialmente si no se entiende la magnitud de la difusión en el momento de la supuesta autorización.
Esto constituye no solo una violación ética, sino también una transgresión de derechos fundamentales como la privacidad y la confidencialidad médica.
Otro punto relevante señalado por Ramírez es el uso indebido del concepto de consentimiento para justificar estas prácticas.
Incluso si se solicita autorización previa, es difícil argumentar que esta sea completamente libre y consciente en un contexto tan desigual.
La activista cuestionó el proceder de Radio Baracoa y del personal médico presente, recordando que su principal responsabilidad debe ser proteger los derechos y la dignidad de las pacientes, no exponerse a intereses mediáticos o institucionales.
Este caso ha reavivado el debate sobre la violencia obstétrica en Cuba, una problemática que incluye no solo la exposición mediática, sino también las condiciones en las que las mujeres enfrentan el proceso de parto.
Ramírez destacó que las instituciones involucradas deben rendir cuentas y establecer protocolos estrictos que garanticen el respeto a las pacientes, sus derechos y su bienestar: “El primer día del año pudo haber sido una celebración de la vida, pero terminó siendo un recordatorio de cuánto nos falta avanzar en el respeto a las mujeres en este país”, concluyó.
Polémica en redes por las respuestas de Radio Baracoa: Críticas al manejo ético y la falta de sensibilidad
“A las 10:32 de la mañana del 1 de enero ocurrió el primer alumbramiento del 2025 en el hospital de Baracoa. Un curioso reportero estaba allí para capturar el momento”, expresó Radio Baracoa en su perfil de Facebook, indicando que el reporte y las imágenes fueron realizados por Richard López Castellanos.
La publicación, que incluía fotografías de la madre en trabajo de parto y junto a su bebé recién nacido, buscaba destacar el inicio del año con el nacimiento de una nueva vida.
Sin embargo, la exposición de estas imágenes en redes sociales sin un aparente contexto ético o de privacidad generó críticas sobre los límites de la cobertura mediática en momentos de alta vulnerabilidad.
Yisel Pérez Alba expresó: “Quizás la intención sea la mejor, pero los métodos dejan mucho que desear. ¿Dónde está la privacidad de esas mujeres? Todo el mundo viendo esas madres a piernas abiertas en un momento de tanta intimidad y sensibilidad”.
Además, cuestionó la falta de acompañamiento paterno en contraste con la presencia de reporteros: “No dejan entrar a los padres al parto, pero sí dejan entrar a los reporteros que capten esas imágenes tan íntimas y privadas y las expongan al mundo. No estuvo bien.”
Hablando desde su experiencia personal, Pérez agregó: “Y hablo como mujer que ha dado a luz dos veces, y lo último que quisiera es ver fotos mías así circulando por las redes. Se pudo haber hecho el reportaje, claro que sí, pero también se pudo exponer menos la dignidad y privacidad de esas madres”.
Radio Baracoa respondió: “Respetamos su criterio, aunque tiende a lo personal y absoluto. Sepa que en casos como este los periodistas y medios de prensa cubanos respetan un compromiso, y el consentimiento”, señaló a casa radial sin mostrar la más mínima señal de empatía.
Dalianni Abella Montero expresó: “Yo la verdad me quedé atónita cuando vi esas imágenes. ¡Qué locura, por Dios!”, reflejando su sorpresa e indignación ante las fotografías compartidas por la emisora.
Ante esta reacción, Radio Baracoa respondió: “¿Usted sabe si autorizó? Por ahí debiera comenzar su observación”, en un comentario que es una defensa escueta y distante, sin abordar las críticas al manejo ético de la exposición mediática en un momento tan íntimo.
Merquicedis Lobaina Rivera comentó: “Pero hay fotos que seguramente ni ella ni su familia desearían que se expusieran. Creo que es falta de escrúpulo. Hasta dejarle ver casi la vulva cuando están cortando el cordón al bebé. Podían seleccionar las fotos antes para hacer ese reportaje.”
En respuesta, Radio Baracoa afirmó: “De suposiciones no se obtiene mucho. Gracias por comentar”, una réplica despectiva y que minimiza la legítima preocupación de la internauta sobre la falta de sensibilidad en la selección de las imágenes compartidas.
Daniuska Cala comentó: “Estoy segura que esa madre, con ese dolor que estaba sintiendo, ese tipo de fotos no las autoriza. ¿O el ciclón le puso la cabeza mala que pasó por Imías o el reportero entendió otra cosa? En nuestro hospital eso no está permitido. Los dirigentes del hospital seguro que no están a tono con esto porque ese tipo de fotos no están permitidas. La privacidad de esa madre, por favor, Radio Baracoa, ¿la ética tuya dónde está? Trabajo en esa institución y vuelvo y digo: la madre lo autorizó, pero no esas fotos. Y más en esa área cerrada, no está permitido. Vuelvo y digo, los dirigentes de la institución no deben estar a tono con esta situación. Eso lo está viendo el mundo entero.”
Radio Baracoa respondió de manera confrontativa: “Según sus palabras, a la madre debieron vendarle los ojos cuando se hicieron las fotos. Usted habla de ética, muy importante. Ahora bien, ¿se preguntó dónde está la suya, al dar por sabido lo que la madre autorizó o no, y exponer un criterio que, cuestionando, no sólo resulta cuestionable, sino también irresponsable?”
Yarka Gomero señaló: “La única palabra que define esto: asqueroso”. Su reacción refleja una fuerte crítica hacia la publicación de las imágenes, calificándolas de inapropiadas y carentes de respeto.
Por su parte, Tamara Toirac Guilarte expresó: “¿Radio Baracoa ha escuchado alguna vez 'La excusa agrava la falta'? Si fuera autorizado usted lo hubiese expuesto desde el principio. Entiendo los sentimientos de empatía y lo hermoso que quiso destacar el reportero, pero las fotos de la señora, en esas circunstancias, sin autorización, vuelvo y repito, es falta de ética.”
Radio Baracoa respondió de manera confrontativa a ambos comentarios. A Yarka Gomero, la le dijo: “Exponer un criterio personal, ligero e irresponsable como el suyo no la hará a usted más respetable. ¿Esa es su ética? Mal espejo”. Además, agregó: “¿Se refiere a su comentario? Díganos, porque confunde”.
En respuesta a Tamara Toirac Guilarte, la emisora afirmó: “Usted debiera saber que lo evidente no hay que explicarlo más que a niños. Al insistir, solo porque lo supone, sobre lo de las fotos, muestra un desatino desconcertante”.
El tono de las respuestas ha generado críticas adicionales, ya que, en lugar de propiciar un diálogo reflexivo, fueron percibidas como despectivas y poco receptivas frente a preocupaciones éticas legítimas.
Este tipo de interacción pone en evidencia la falta de tacto del medio para abordar las inquietudes del público.
Preguntas frecuentes sobre la denuncia de violencia obstétrica simbólica en Baracoa
¿Qué es la violencia obstétrica simbólica y cómo se relaciona con el caso de Radio Baracoa?
La violencia obstétrica simbólica se refiere al trato deshumanizado y la exposición pública no consentida de mujeres en situaciones de parto, como lo ocurrido con Radio Baracoa al difundir imágenes de una mujer y su bebé sin respetar su privacidad. Este tipo de violencia destaca la asimetría de poder y la vulnerabilidad de las mujeres durante el parto, donde su consentimiento puede no ser completamente libre ni consciente.
¿Por qué se critica el uso del consentimiento en este contexto?
El consentimiento, en contextos de asimetría de poder como el parto, es cuestionado porque las mujeres están en un estado de vulnerabilidad que limita su capacidad para tomar decisiones libres y conscientes. La activista Marta María Ramírez argumenta que el consentimiento en estas situaciones no puede considerarse plenamente válido, lo que implica que la exposición mediática de la madre y su bebé es una violación de sus derechos.
¿Cuál es la respuesta de Radio Baracoa a las críticas sobre su cobertura del parto?
Radio Baracoa defendió su decisión alegando que contaban con el consentimiento de la madre. Sin embargo, las respuestas de la emisora a las críticas fueron percibidas como despectivas y poco receptivas, lo que generó aún más controversia sobre la ética de exponer momentos íntimos sin una adecuada consideración de la privacidad.
¿Qué impacto psicológico puede tener la exposición pública en mujeres durante el parto?
La exposición pública durante el parto puede causar humillación, vergüenza y estrés en las mujeres, especialmente si no comprenden completamente la magnitud de la difusión de las imágenes. Esto constituye una violación ética y una transgresión de derechos fundamentales como la privacidad y la confidencialidad médica.
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