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El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, sostuvieron este sábado una conversación telefónica en seguimiento a la reciente charla entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin.
Durante el encuentro, ambos diplomáticos reafirmaron su compromiso de mantener el canal de comunicación abierto y abordar diversas cuestiones internacionales y bilaterales. Sin embargo, la parquedad del comunicado estadounidense contrasta con el entusiasmo y la amplitud de detalles ofrecidos por la Cancillería rusa.
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Mientras el Departamento de Estado se limitó a destacar la disposición a encontrar una solución al conflicto en Ucrania y explorar otras vías de cooperación, Rusia enfatizó la necesidad de eliminar las barreras impuestas por administraciones anteriores y propuso mecanismos concretos para restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales.
Según informó la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, Rubio subrayó la determinación del presidente Trump de buscar una solución al conflicto en Ucrania, sin ofrecer detalles específicos sobre los pasos a seguir.
En contraste, el comunicado de la Cancillería rusa destacó la urgencia de coordinar reuniones de expertos para abordar los obstáculos en las misiones diplomáticas y el restablecimiento de la cooperación económica, cuestión que muchos analistas interpretan como un paso previo a la posible retirada de sanciones económicas de Estados Unidos a Rusia, una decisión que, de producirse, podría tener implicaciones profundas para la soberanía de Ucrania y la seguridad de Europa.
El lenguaje utilizado por ambas partes también reflejó una diferencia de enfoque: mientras el Departamento de Estado utilizó un tono cauteloso y generalista, el comunicado ruso mostró un tono optimista y proactivo, subrayando la voluntad de "trabajar mancomunadamente" y la "disposición recíproca" para resolver conflictos internacionales urgentes como el caso de Ucrania, Palestina y la situación en Medio Oriente.
Este intercambio diplomático se da en un contexto de acercamiento y diálogo entre Washington y Moscú, como reflejan las últimas noticias sobre la invasión de Rusia a Ucrania y la evolución de las relaciones entre EE.UU. y Rusia tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
La precaución de la administración estadounidense puede interpretarse como una estrategia para evitar compromisos prematuros, mientras que Rusia parece interesada en proyectar una imagen de iniciativa y cooperación, catalizada por la cercanía entre Putin y Trump.
Finalmente, los diplomáticos pactaron mantener contactos regulares y trabajar conjuntamente en la preparación de una cumbre entre los mandatarios de ambos países.
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