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El vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) hizo alarde de su humor adoctrinado y “chivatiente” al publicar en sus redes sociales mensajes de burla dirigidos a los periodistas independientes que han sido afectados por el cierre de Radio Martí y los recientes recortes de fondos de Estados Unidos a los medios alternativos en la isla.
Francisco Rodríguez Cruz, más conocido como Paquito de Cuba, utilizó sus redes sociales para ironizar sobre la reducción del financiamiento de USAID y NED a medios independientes cubanos, escribiendo: “Medidas de Trump aumentan al 20% el índice de desempleo entre las filas de la contrarrevolución cubana…”.
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El comentario fue interpretado como una mofa hacia los periodistas cubanos que trabajan fuera del control totalitario del sistema comunista imperante en la isla, quienes enfrentan censura, represión y, ahora, mayores dificultades para sostener sus espacios informativos tras el drástico recorte de recursos que afectará a varios medios en el exilio.
No conforme con ese mensaje, el vicepresidente de la UPEC publicó una serie de fotos en las que se mostró sosteniendo una radio portátil con gesto de desconcierto, acompañadas del texto: “Yo aquí tratando de oír Radio Martí…”.
El gesto irónico llega en un momento en el que la dictadura cubana celebra el cierre de la emisora financiada por Estados Unidos, una de las pocas fuentes de información que lograba penetrar la censura en la isla.
Radio Martí ha sido un medio clave para transmitir noticias sin la manipulación de la prensa oficialista cubana. Durante décadas, sus emisiones radiales han servido de alternativa informativa para los ciudadanos cubanos, aunque constantemente han sido objeto de interferencias y ataques por parte del régimen.
Sin embargo, la administración de Donald Trump decidió cortar su financiamiento en medio de un replanteamiento de prioridades, una medida que ha sido vista como una concesión indirecta al gobierno de La Habana y un golpe a los esfuerzos de la prensa independiente.
Ataques sistemáticos desde la oficialidad
Las declaraciones de Rodríguez Cruz reflejan el discurso oficial del régimen, que ha descalificado sistemáticamente a los medios alternativos y a los periodistas independientes, etiquetándolos como “mercenarios” o “pagados por el imperialismo”.
Desde la UPEC, el aparato oficial de los periodistas afines al Partido Comunista, se ha impulsado una retórica de criminalización contra quienes buscan ejercer el periodismo fuera del control estatal.
El propio Rodríguez Cruz, quien en otras ocasiones ha sido vocero de posiciones radicales dentro del periodismo oficialista, ha atacado abiertamente a colegas que han decidido abandonar los medios estatales en busca de independencia editorial.
En una ocasión, llegó a calificar de “lamentable” que algunos exreporteros de la prensa estatal hayan decidido unirse a medios financiados por organismos internacionales.
Su postura es consistente con la narrativa del régimen, que no solo reprime a los periodistas dentro de la isla, sino que también persigue y desacredita a aquellos que desde el exilio intentan informar sobre la realidad cubana.
La crisis de la prensa libre en Cuba
El cierre de Radio Martí y los recortes de USAID y NED representan un desafío aún mayor para la prensa independiente cubana, que ya de por sí operaba en condiciones extremadamente adversas.
Desde la aprobación del Decreto-Ley 370 y la posterior Ley de Comunicación Social, el gobierno cubano ha reforzado su control sobre la información, criminalizando el ejercicio del periodismo fuera de los medios oficiales y aplicando sanciones a quienes difunden noticias contrarias a la narrativa del régimen.
Los periodistas dentro de Cuba enfrentan acoso, vigilancia, detenciones arbitrarias y restricciones para salir del país. Muchos han tenido que exiliarse para continuar su labor informativa, y los que permanecen en la isla trabajan bajo constantes amenazas.
Mientras tanto, los medios financiados por USAID y NED han sido una de las pocas opciones para sostener un periodismo independiente, pero con la reducción de estos fondos, su capacidad de operación se verá comprometida.
La burla de Rodríguez Cruz no solo es una muestra de cinismo, sino también un reflejo de la postura del régimen cubano ante la libertad de prensa. En lugar de abrir espacios para el debate y la pluralidad informativa, opta por ridiculizar a quienes intentan ofrecer una versión alternativa a la propaganda oficial.
El panorama para la prensa independiente en Cuba es más incierto que nunca, y la actitud del vicepresidente de la UPEC deja claro que el oficialismo no tiene intención alguna de permitir que se escuchen otras voces.
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