“¡A bailar y a gozar con la Sinfónica Nacional!” reza un dicho muy extendido en la Isla ―basado en hechos reales― que casi todo cubano ha repetido alguna vez.
Sin embargo, un concierto celebrado el pasado sábado 19 de noviembre en La Habana, de Maikel Blanco y su orquesta Salsa Mayor junto a la Sinfónica Nacional, convirtió en realidad la socorrida frase.
El concierto tuvo lugar en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, con un despliegue de glamour que incluyó hasta alfombra roja, según destaca Cubanet en un reportaje.
Varios directores de orquestas como José Luis Cortés “El Tosco” (NG La Banda), Lázaro Valdés (Bamboleo) y “El Noro” (Primera Clase) asistieron a la presentación del disco “Que no me quiten la fe”, arreglado y producido por el propio Maikel Blanco y comercializado bajo el sello BIS MUSIC.
El álbum, correspondiente al año 2015, resume la madurez alcanzada por Salsa Mayor, que reúne a virtuosos instrumentistas.
El pianista, compositor y arreglista Maikel Blanco ha sintetizado en su orquesta la mejor tradición de la música popular bailable cubana, no sólo en el plano de los arreglos musicales, sino también en la composición de canciones que "rescatan el valor de contar historias para ilustrar la cotidianidad nacional con humor e inteligencia".
Para los curiosos:
Cuentan quienes lo vivieron, hace años, que una vez la Orquesta Sinfónica desembarcó, muy elegante, en un pueblo del interior de Cuba. Era un parque al aire libre y había una tarima con grandes focos para la orquesta y enfrente toda una plaza iluminada y rodeada de pipas de cerveza, con un cartel enorme que decía: "¡A Bailar y a Gozar con la Sinfónica Nacional!". Y los bailadores, esperando, por supuesto.
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