El músico cubano Chucho Valdés ―quien recientemente ha sido incluido en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos― ha concedido una entrevista en exclusiva para CiberCuba en la que ha hecho un repaso por varios momentos destacados de su vida artística.
El artista relató cómo fueron sus inicios en el piano con apenas tres años de edad y cómo una vez que comenzó a estudiar música con más seriedad, su madre Pilar lo cuidaba tanto que no lo dejaba montar bicicleta ni patines para que no se fuera a dañar las manos. No obstante, ha destacado que entre sus juegos callejeros favoritos estaba la quimbumbia y el taco.
El músico ha hablado con especial devoción de los años que compartió con Irakere, y cómo consiguieron imponer dentro la música cubana una ruptura de esquemas, sobre todo en las estructuras.
Ellos eran una generación que quería hacer lo que pensaban y ello supuso que inicialmente confrontaran el rechazo de las generaciones musicales anteriores. Sin embargo, insistió en destacar que al final Irakere se abrió paso en el gusto popular, tanto, que “Bacalao con pan” los convirtió en uno de los grupos más importantes de la música cubana de todos los tiempos.
Interrogado sobre la importancia del músico norteamerciano Dizzy Gillespie en su carrera, Chucho ha dijo que Irakere firmó su primer contrato con Columbia en 1977 gracias a él.
En un viaje de Gillespie a La Habana lo llevaron a oír a Irakere al Habana Libre, y tanto le gustó, que lo recomendó vivamente a Columbia, que firmó un contrato con la agrupación. Ese primer disco, grabado en vivo, supuso el primer Grammy de la orquesta y también la primera vez que un grupo cubano fue contratado por una empresa norteamericana.
Chucho tiene 6 grammy y 3 reconocimientos de la Academia de la Música. No obstante, enfatiza que siempre hay que intentar ir a por más, seguir superándose y comprometerse a seguir haciéndolo mejor cada vez. Se trata de no parar de practicar el instrumento y de buscar nuevas formas de abordar la creatividad.
Yani Gil le preguntó cómo fue compartir en el ámbito musical con su papá, el también pianista Bebo Valdés, y Chucho contó que fue una grabación de extrema naturalidad porque no ensayaron nada, pese a la cantidad de años que estuvieron separados, se sentaron y les salió como si no hubieran dejado nunca de tocar juntos.
“Un abrazo entre un padre y un hijo, entre un maestro y un alumno”, señaló. El disco ganó un premio de la música en España y además ganó un Grammy y un Grammy Latino.
Chucho Valdés se describe como alguien muy familiar y muy hogareño para quien sus padres han sido su gran pilar en la vida y, por supuesto, sus hijos, todos dedicados también a la música.
Entre sus nuevos planes está retomar un viejo proyecto, anterior a Irakere y que llamó “Jazz batá”, que responde a un formato musical sin batería, con contrabajo, piano e instrumentos de percusión.
Asimismo el artista dijo que actualmente su cantante favorita es la cubana Aymée Nuviola, con quien piensa colaborar próximamente. Sgún él, la aprecia por su calidad, por su voz, por ser buena persona y por combiar la virtud de ser una gran cantante y músico al mismo tiempo.
Para concluir Valdés dijo que el cubano por naturaleza es rítmico aunque no sepa de música. Ser cubano es, simplemente, “ser un artista natural”.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: