Los cubanos que estaban en Turbo forzaron hasta el límite sus posibilidades; o lo que es lo mismo: la paciencia de las autoridades migratorias colombianas
Lo intentaron todo, pero finalmente tuvieron que tomar el peligroso camino de la selva.
Las autoridades migratorias de la región no cedieron ante ningún pedido. No hubo puente aéreo. No hubo concesiones a enfermos, mujeres con niños de meses, mujeres embarazadas...
El último grupo de cubanos optó por tomar un salvoconducto que como bien precisaron las autoridades del país les permitiría tener tiempo suficiente para largarse de país.
Todos optaron por el camino de siempre. Lanchas primero, selva después. El destino inmediato es Panamá.
Allí tampoco los quieren. Los han rechazado hasta con balas. La selva es la última de sus esperanzas, pero ahí operan criminales, narcotraficantes, serpientes, un Sol infernal, y poca agua.
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