El sector cuentapropista en Cuba es cada vez más amplio y es posible, no solo encontrar cubanos que emprenden sus negocios por cuenta propia ―algunos de ellos repatriados tras haber vivido fuera del país― sino también algunos extranjeros que deciden irse a vivir a la Isla para abrir pequeños negocios privados.
Es el caso de la francesa objeto de este reportaje de “En caliente Prensa Libre” para Martí Noticias, quien, tras casarse con un cubano y vivir ambos durante un tiempo en Francia, decidieron regresar y abrir en Cuba una heladería ("Helad’oro"), sita en La Habana Vieja (Aguiar y Empedrado).
Fácil no lo tuvo, pues para conseguir sus propósitos, esta francesa hubo de pedir “residencia definitiva” en la Isla para obtener las condiciones legales que le permitirían regentar el negocio conjuntamente con su esposo.
Con esta heladería sucede lo mismo que con otros flamantes negocios cuentapropistas en Cuba: la calidad y el servicio son visiblemente superiores, pero los precios en CUC no están al alcance de parte de la población, que en este caso en particular todavía tiene que seguir recurriendo a Coppelia: largas colas, sol, sin aire acondicionado ni gran variedad de sabores, pero donde los precios siguen siendo más asequibles para la mayoría.
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