Nuevamente la tierra tembló en México un 19 de septiembre. A 32 años del devastador terremoto de 1985, que dejó miles de heridos, y a pocas horas de haberse celebrado un megasimulacro por terremotos, se produjo un seísmo en el centro de México de intensidad 7.1 en la escala de Richter.
Decenas de edificios cayeron al suelo, las calles se llenaron de escombros, personas quedaron atrapadas y más de 200 perdieron la vida: 86 en Ciudad México, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, 4 en Guerrero y 1 en Oaxaca, según datos ofrecidos por el Coordinador Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente.
Tras el potente desastre natural instituciones gubernamentales y cientos de ciudadanos se han sumado a las labores de rescate y de socorro a las víctimas. En las calles se han vivido casi a la par escenas desgarradoras, de angustia y pavor junto a las muestras de solidaridad, apoyo, unión y fortaleza ante la tragedia.
Las clases, por su parte, fueron suspendidas en todos los centros docentes de la ciudad de México, Michoacán, Oaxaca e Hidalgo.
Autoridades mexicanas, por su parte, recomiendan el uso de los teléfonos celulares solo en casos de extrema necesidad o emergencia para no colapsar las líneas. Igualmente se ha pedido a los que se encuentren cerca de las zonas donde se efectúan los rescates, que se mantengan en silencio para que pueda escucharse a quienes hayan quedado atrapados y necesiten ser socorridos.
El secretario de Gobernación, Miguel A. Osorio publicó en su cuenta de Twitter la orientación de que se abandonen las casas con daños, aunque no parezcan de gran magnitud.
(Imagen Twitter/@gob.mx)
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