La escritora cubana Wendy Guerra salió a las calles en Cuba para averiguar qué piensan los ciudadanos de la Isla sobre los Reyes Magos.
La realidad es que los maltrechos salarios obligan a los progenitores a realizar importantes sacrificios para cumplir los deseos de los pequeños de la casa. "Nuestros padres hacen lo posible para darnos los regalos", confiesa una niña a la novelista.
En este sentido la poetisa defendió el trabajo de aquellos que, trabajando por cuenta propia o enviando dinero desde el exilio, contribuyen a esta festividad marcada por la austeridad.
La modestia de los presupuestos familiares, que se estrechan todavía más tras las celebraciones de Fin de Año, contribuye a que la festividad adquiera un tinte muy sutil en la vida de los cubanos.
A ello hay que sumarle que durante varias décadas en Cuba todo lo que oliese a tradición religiosa (o "símbolo extranjerizante") era mal visto y vetado. Por eso, muchas generaciones de cubanos han crecido sin saber lo que son las Navidades, un arbolito o los Reyes Magos. Aunque la tradición se está recuperando en los últimos años y ya no es necesario esconderse para celebrar las Navidades, en la Isla esta realidad dista todavía mucho de ser como en otros países.
Wendy Guerra, que se graduó de Dirección de Cine en el Instituto Superior de Arte y fue alumna de Gabriel García Márquez en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, fue la ganadora en 2006 del Premio Bruguera y del Carbet des Lycéens en 2009.
En 2012 su novela "Todos se van" fue publicada bajo el título "Everyone Leaves" en Estados Unidos, donde fue elegida por la revista 'Latina' como uno de los nueve mejores libros del año escrito por un autor latino.
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